El daltonismo —como se conoce a la discromatopsia— es el defecto de la vista que consiste en la incapacidad de percibir ciertos colores —en especial el rojo y sus variantes, que se confunden con los verdes—. Se le llamó así porque el físico británico John Dalton (1766—1844) padecía dicho trastorno, que lo hacía confundir los frascos de reactivos en su laboratorio —lo que le ocasionó varios accidentes—, por ello decidió estudiarlo a fondo.
Durante mucho tiempo se pensó que las mujeres eran inmunes a este mal. Ahora sabemos que sólo 0.5% de la población femenina lo padece, en contraste con 8% del total de los hombres. ¿Por qué sucede esto?
En cada una de nuestras células tenemos 46 cromosomas, los cuales se agrupan en pares: 22 pares llamados «somáticos» y el otro llamado «par sexual». Los cromosomas somáticos son los que transmiten las características físicas de un organismo, mientras el último par determina el sexo.
Las mujeres, por ejemplo, tienen dos cromosomas XX y, aunque uno de ellos lleve la información que transmite el daltonismo, el otro «lo cubre»; por eso pueden ser portadoras, pero no padecer el trastorno. En contraparte, los hombres son más propensos a desarrollar daltonismo, pues en sus cromosomas sólo tienen una X—XY—. Una mujer puede desarrollar daltonismo si sus dos cromosomas X llevan esa información.
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