Muchos de los autores de ciencia ficción no han sido meros visionarios, sino que han basado sus creaciones en los avances de la ciencia de su tiempo. Pero a veces, los objetos y tecnologías que describieron, y que en su momento eran disparatadas, inspiraron, en un sentido o en otro, a los científicos e inventores que han configurado nuestro mundo actual. Veamos diez de los casos más relevantes.
10. Las células madre
Cuenta Jay Lefkowitz que al leerle pasajes de Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, al expresidente de los EE. UU. George W. Bush, en los que se describen criaderos humanos, éste se asustó y decidió no apoyar la investigación de las células madre, que tienen aplicaciones en la regeneración de tejido, el tratamiento de afecciones cardiacas, la diabetes, el cáncer o la enfermedad de Parkinson.
9. La realidad virtual
El primer modelo ficticio de lo que hoy conocemos como «realidad virtual» lo describió Stanley G. Weinbaum en su cuento «Pygmalion’s Spectacles» (1935), en el que un científico inventa unos lentes que permiten ver, oír, tocar y oler una película, estar en ella y conversar con sus protagonistas. Otras descripciones que inspiraron a los desarrolladores de tecnología, son la de William Gibson en Neuromante (1984) y la de Snow Crash (1992), de Neal Stephenson, donde además se acuñó el término avatar para referirse a la representación virtual de una persona.
8. El helicóptero
El inventor ruso Igor Sikorsky, pionero en el desarrollo de los helicópteros funcionales, se inspiró en un relato de Julio Verne que leyó cuando era niño —«Robur el Conquistador» (1886)—, en el que se describe una enorme nave aérea, el Albatros, capaz de girar lateral y horizontalmente, así como de darle la vuelta al mundo en tres semanas. Sikorsky dijo:
«Cualquier cosa que un hombre pueda imaginar, otro hombre puede volverla realidad».
7. El submarino
En Veinte mil leguas de viaje submarino (1879), Julio Verne narra las aventuras bajo del mar del Capitán Nemo a bordo del Nautilus. Más tarde, en 1894, el inventor estadounidense Simon Lake trabajó en innovaciones como tanques de agua, compartimentos para buzos y el periscopio, hasta que su empresa construyó en 1898 el primer submarino que logró operar exitosamente en mar abierto: el Argonaut.
6. El cohete espacial
Cuando era adolescente, el científico estadounidense Robert H. Goddard leyó La guerra de los mundos (1898), de H. G. Wells. A partir de esta lectura, Goddard decidió dedicar su vida al desarrollo de los viajes espaciales: su primer cohete fue lanzado con éxito en 1926, y sus investigaciones culminaron en la creación del programa Apolo, y por ende, en la llegada del hombre a la Luna.
5. El satélite geosíncrono
Arthur C. Clarke —famoso por novelas como 2001: odisea del espacio (1968)— publicó en 1945 un artículo en donde proponía la creación de un satélite que permaneciera inmóvil en el aire, girando en la misma dirección que la Tierra y completando su órbita en la misma dirección. El artículo no fue considerado serio, pero cerca de 20 años después se desarrolló el primer satélite geosíncrono comercial.
4. La bomba atómica
En su novela The World Set Free (1914), H. G. Wells describe el surgimiento de la energía atómica, anuncia su pleno funcionamiento para el año 1933 y narra una devastadora guerra mundial que sería seguida por un gobierno global pacifista. El físico húngaro Leó Szilárd leyó el libro en 1932, y éste le ayudó a resolver el problema de cómo crear una reacción nuclear en cadena, que de forma coincidente, consiguió en 1933.
3. El virus computacional
En 1975, el escritor británico John Brunner escribió la novela The Shockwave Rider, donde se describe un programa que se autoduplicaba hasta extenderse con facilidad a lo largo de una red. En 1982, John F. Shoch y John A. Hupp, dos investigadores de Xerox crearon el primer worm computacional —o gusano informático—, y hasta el día de hoy muchos hackers citan el libro de Brunner como una obra influyente en sus creaciones.
2. Internet
Tim Berners-Lee, citado como el responsable de la creación de Internet, tuvo su inspiración en el cuento «Dial F For Frankenstein» (1964), de Arthur C. Clarke, en el que las computadoras están conectadas entre sí y comienzan a pensar de forma autónoma. Otros citan como inspiración a Neuromante (1984), de William Gibson, donde se describe con asombroso detalle el funcionamiento actual de Internet.
1. El teléfono celular
Martin Cooper, el inventor del teléfono celular, declaró que su inspiración provino de la serie televisiva Star Trek —Viaje a las estrellas—. Desde su primer capítulo, de 1964, Mr. Spock —Leonard Nimoy— se comunica con el resto de la tripulación usando un dispositivo de comunicación móvil —communicator— que es muy similar a los teléfonos celulares de clip.