Cada seis años, con la renovación del poder Ejecutivo, se pone de moda el temas de los presidentes. Las calles, los pasillos de las oficinas y la redacción de los periódicos mexicanos se llenan de rumores.
Que si éste sí será honrado, que si será mejor que aquél que devaluó el peso, que si es guapo porque se peina de tal forma y —cada vez más— cuál será el papel que jugará la esposa, entrometido personaje que lleva el rancio título de «Primera Dama».
No tarda en surgir el apodo, el chisme o la frase emitida, quizá torpemente, por el individuo en cuestión, todavía inexperto, estrenando la banda presidencial. Algunas de esas declaraciones son tan singulares que sobreviven al paso de los años, y a veces hasta más de un siglo.
En el libro Todo lo que siempre quiso saber sobre los presidentes de México se reúnen a los gobernantes de nuestro país desde que se consolidó como una nación independiente, a través su cotidianidad, de puntadas y debilidades, como seres de carne y hueso e innecesariamente solemnes.
- Agustín de Iturbide (1783-1824): gobernó México del 21 de mayo de 1822 al 19 de marzo de 1823. Murió a los 41 años de edad al ser fusilado. Pasó a la historia como el único Emperador mexicano que ha gobernado el país.
- El primer presidente de México se llamó Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix. En una calculada estrategia publicitaria, se cambió el nombre a Guadalupe Victoria.
- Benito Juárez no nació en México. Oficialmente, nació siendo súbdito de España, en 1806.
- «Antes estábamos a un paso del precipicio… ahora hemos dado un paso al frente», Luis Echeverría—también se le atribuye a Francisco Franco, de España, y a Augusto Pinochet, de Chile.–
- Manuel Ávila Camacho es el único presidente que ha enviado soldados mexicanos a pelear fuera del país.
- El Escuadrón 201 combatió en las islas del Pacífico, durante la II Guerra Mundial.
- Después de ser presidente, Adolfo de la Huerta abrió una escuela de canto en Hollywood.
- «La indiferencia pública es el primer síntoma de decadencia de una grandeza que declina», Maximiliano de Habsburgo.
- Anastasio Bustamante pagó 50 mil pesos en oro a un marino genovés para secuestrar y matar a Vicente Guerrero.
- Madero y Calles —presidentes que iniciaron y concluyeron la Revolución Mexicana respectivamente— eran espiritistas.
- Benito Juárez llevaba notas de lo que comía. El 16 de junio de 1872 se alimentó de «media copa de jerez, pulque, sopa de tallarines, huevos fritos, arroz, salsa picante de chilipiquín, bistek, frijoles, postre y café, entre una y dos de la tarde. En la noche, a las nueve, una copa de rompope».
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Datos tomados de: Gustavo Vázquez Lozano, Todo lo que siempre quiso saber sobre los presidentes de México (Colección Trivium); Editorial Lectorum/Editorial Otras Inquisiciones: México, 2013.
