Ah, caray
Es un galimatías saber de dónde viene galimatías. Joan Corominas afirma que viene del francés galimatias, y éste, a su vez, de Barimatía —término que se empleaba popularmente para denominar un país exótico, de donde puede proceder el personaje evangélico José de Arimatea, y que luego se aplicó a lenguajes incomprensibles, que, se creía, eran hablados en países lejanos.
Pero el DRAE dice que más bien proviene del griego κατα μαθαιον, kata mataion, cuyo significado es «según Mateo», por la forma en que el apóstol narra que Abraham fue padre de Isaac e Isaac de Jacob y Jacob de Judá… [larguísima lista de nombres que termina en que] …Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
Ajá, ¿y?
Y, a todo esto, ¿qué es un galimatías para nosotros, los hispanohablantes? Pues se refiere a cualquier circunstancia confusa, desordenada o liosa, como cuando la hermana de mi tío político, enamorada de Martín, ansiosa de Marcelo y casada con Mario, olvidaba precisamente el nombre del tercero, y, entre que decía Marcelo y Martín, se hacía tal galimatías que mi tío, los vecinos y hasta el enamorado y el ansiado terminaban gritando y manoteando en aquel sagrado hogar.
Pero esta palabrota también se refiere a un texto escrito en lenguaje oscuro, ya sea por la impropiedad de las frases o por la confusión de las ideas; como lo que hacía Cantinflas en sus discursos, que terminaron poseyendo un término propio: cantinfleo,
Otros dicen
Algunos textos que parecieran hechos expresamente para no ser comprendidos, como esta traducción de Heidegger:
«Aquel a que se pregunta primariamente, al preguntar por el sentido del ser, es el ente del carácter del “ser ahí”. La analítica existenciaria y preparatoria del “ser ahí” ha menester, por obra de su peculiar índole, de una previa exposición y deslinde respecto de investigaciones que parecen ser concurrentes con ella».
El chiste es que, de donde sea que venga, un galimatías nos lleva irremediablemente al embrollo, al caos y hasta a la algarabía.