Ganadora de la mención honorífica de nuestro concurso de calaveritas:
Iba la Calaca un día
del brazo de Montes de Oca,
por poco se van de boca
del chisme que se traían.
Hablaban de los descuentos
que de la revista habría,
y de todo esperpento
que a alguna se le ocurría.
Hablaron del Chingonario,
de las novias de Becerra,
de porqué se dice “duela”,
y porqué “abecedario”.
Por chismear con la Editora
la Calaca se olvidó
de pasar por Casanova
y en su casa lo dejó.
En el camino cante y cante
se toparon a Escalante,
y por cruzarse por su rumbo,
fue mandado al inframundo.
Santamaría no se salvó
de ocupar su propia tumba
Montes de Oca decidió
que dejara su obra trunca.
De Robelo así se dijo,
según la autopsia reveló,
que por no ser un buen hijo,
la Parca se lo llevó.
Tras un día tan productivo,
la Calaca se quejó
fáltame un Directivo
y a Montes de Oca se llevó.