Willie Brown gasta sus últimos días encerrado en un asilo de ancianos cuando el joven amante del blues, Eugene Martone, irrumpe en la escena para ayudar a escapar al viejo músico.
El objetivo de Martone es convencer a Brown de que le enseñe la canción número 30 del mítico Robert Johnson. Willie «Blind Dog» Brown busca algo más importante, debe regresar a la encrucijada en la que años atrás vendió su alma al diablo; el mismo cruce de caminos en el que, todos lo saben, Robert Johnson obtuvo su genio. Crossroads, del director Walter Hill, es un homenaje fílmico a la figura de Johnson, a la canción «Cross Roads Blue» y a la leyenda fáustica acerca de su música.
El virtuoso tiende a ser sujeto de la sospecha. Niccolò Paganini tenía una destreza inhumana para tocar el violín, sólo atribuible a la ayuda infernal. Giuseppe Tartini se conmovió de tal manera al escuchar a Satanás tocando en un sueño, que tuvo que poner en el pentagrama las notas que recordaba. Robert Johnson hizo un trato fáustico en una encrucijada perdida de Mississippi a principios del siglo xx; los resultados fueron grabados en 1936 en San Antonio y en 1937 en Dallas, Texas. Las 29 canciones (algunas con dos versiones) que componen la obra completa de Johnson cambiaron el blues y la historia de la música.
«Cross Road Blues» forma parte de la primera tanda de grabaciones. Un hombre, de rodillas en una bifurcación confiesa que su alma se hunde. Las interpretaciones más comunes para la letra cuentan dos historias distintas. Por un lado, Johnson lamenta la muerte de su primera esposa, invoca a Dios, pide la salvación mientras la noche se aproxima y solicita a quien lo escuche que reporte su situación a su amigo Willie Brown. Por otro lado, el músico ha vuelto a la encrucijada en que vendió su alma y suplica la ayuda de Dios, pues la condena eterna lo amenaza; además envía un mensaje a su querido amigo, quien cometió el mismo error.
La canción ha sido interpretada y grabada en innumerables ocasiones —una de las versiones más notables es la que grabó Eric Clapton en 1966—, y es considerada indispensable para la historia de la música y prototipo del estilo Delta Blues. La leyenda que la rodea va más allá de su origen, también forma parte de la lista de canciones malditas —junto a «My Way» y «Adiós, muchachos»—.
Martone se enfrenta a un guitarrista condenado (interpretado por Steve Vai) en un duelo de virtuosismo, lo derrota gracias a su formación clásica y recupera el alma de Willie Brown. La película no nos informa —ni para la ficción ni para la realidad— sobre el destino de Robert Johnson, quien muriera en 1938 envenenado, o de un balazo, o arrebatado de este mundo para cumplir su parte del trato y formar parte de las filas del Club de los 27 —donde lo acompañan Hendrix, Joplin, Morrison y Cobain—.
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«Cross Road Blues», de Robert Johnson
Interpretación de Eric Clapton
Duelo de la película Crossroads
Letra de la canción:
I went to the crossroad
fell down on my knees
I went to the crossroad
fell down on my knees
Asked the Lord above «Have mercy, now
save poor Bob, if you please»
Mmmmm, standin’ at the crossroad
I tried to flag a ride
Standin’ at the crossroad
I tried to flag a ride
Didn’t nobody seem to know me
everybody pass me by
Mmm, the sun goin’ down, boy
dark gon’ catch me here
oooo ooee eeee
boy, dark gon’ catch me here
I haven’t got no lovin’ sweet woman that
love and feel my care
You can run, you can run
tell my friend-boy Willie Brown
You can run, you can run
tell my friend-boy Willie Brown
Lord, that I’m standin’ at the crossroad, babe
I believe I’m sinkin’ down