La vida Genghis Khan (ca. 1167-1227) fue marcada por una complicada infancia llena de rencor e ira, que lo orillaría a buscar venganza por diferentes medios, hasta convertirse en la figura icónica del terrible imperio Mongol.
En el año 1167 nació Temujin –éste era su verdadero nombre– en las proximidades del lago Baikal, hoy territorio de Rusia. Hijo de Yesukhei, jefe del clan nómada Borijin, su favorable situación familiar se vio truncada por la muerte de su padre que había sido envenenado por los tártaros, lo cual provocó que los clanes que apoyaban a su familia se volvieran en contra de aquellos pueblos túrquicos.
A partir de este momento la familia –él, su madre y sus seis hermanos– se vieron obligados a vivir en la penuria, alimentándose sólo de lo que podían cultivar y de la pesca. Cuando el tiempo pasó, Genghis Khan decidió vengarse de aquellos que lo habían despreciado, por lo que se refugió en las tribus de Ulán Bator –capital de Mongolia- y consiguió un ejército con el fin de tomar a los clanes Borijin, Merkit y los tártaros.
A sus 10 años de edad Temujin mató a su hermano Khasar por no compartir con él un pescado que había capturado.
El valor y la astucia mostradas por Temujin hicieron que muchos nobles se unieran a él y lo eligieran como jefe, por lo que en el año 1206 una asamblea de príncipes mongoles reunida a orillas del río Onon lo proclamaron «Genghis Khan», que significa «el mayor de los gobernantes, soberano de todos los hombres» —del chino chêng-sze, ‘guerrero valeroso’ y del turco khan, ‘señor’.
Los arbores del imperio mongol
Tras su coronación, Genghis Khan ordenó liberar a todos los esclavos de origen mongol y crear escuelas de medicina con sabios chinos y persas. Poco después empezaría un proceso de unificación de las tribus mongolas y la expansión del imperio.
Uno de los aspectos que distinguían al pueblo mongol era el entrenamiento de los jóvenes para la guerra, donde aprendían una antigua tradición como jinetes y arqueros. Este fue uno de los puntos clave para las victorias que cosecharía el Khan, pues decidió dividir a su ejército, creó grupos de mensajeros y formó una guardia personal –en su mayoría compuesta por sus hijos y otros familiares.
Antes de una invasión, Genghis solía reunir información de sus enemigos por medio de espías dentro de las caravanas comerciales. Un aspecto distintivo del Khan también era la utilización de la guerra psicológica, pues solía ejecutar poblaciones enteras –incluyendo niños y mujeres, que eran violadas frente a sus familias–, para luego exhibir los cadáveres en diferentes pilas, y con ello difundir el miedo en otros territorios.
También se dice que su ejército solía tirar los cadáveres de las víctimas de la terrible peste bubónica mediante catapultas en las ciudades enemigas bajo asedio. Bajo su liderazgo, las hordas mongolas conquistaron importantes reinos de Asia, como el Imperio Jin del norte de China, el Imperio Tanguta, el Kanato de Kara-Kitai y la dinastía Song en el sur de China.
«Yo soy el castigo de Dios… Si no hubieran cometido grandes pecados, Dios no habría enviado un castigo como yo sobre ustedes»
A pesar de haberse ganado fama como un conquistador cruel, Genghis Khan fue un soberano que creó nuevas vías de comunicación, respetó las diferentes creencias de sus súbditos e impuso el orden en sus dominios con la creación del yasa, una ley mongola creada por él y designada a su hijo más severo, Chagatai, para observar su cumplimiento.
En 1225, el Khan regresaba a Mongolia luego de una batalla, y dos años más tarde preparaba una nueva expedición contra el reino de Hsi Hsia que no llegó a realizar, pues murió el 18 de agosto de 1227 a consecuencia de las heridas sufridas al caer de un caballo.
Una leyenda antigua cuenta que durante su funeral fueron sacrificados 40 caballos y 40 vírgenes. Como nunca permitió que se hiciera una imagen suya en vida, las primeras pinturas suyas aparecieron luego de su muerte.
«Conquistar el mundo montado a caballo es fácil, es desmontar y gobernar lo que es difícil»
Al morir, Genghis había gobernado desde el norte de China hasta Afganistán y desde Siberia hasta la frontera del Tíbet. Su señorío fue dividido entre sus descendientes, quienes a través de sus conquistas crearon uno de los imperios más extensos de la humanidad. Unificó los clanes mongoles y formó un poderoso ejército con el que pudo extender su imperio hasta las regiones actuales de China, Corea, India, Irán, Irak, Turquía, parte de Rusia y algunos países europeos.
Algunas de sus aportaciones fueron la tolerancia religiosa, la unificación euroasiática y la adopción de la escritura para el Imperio Mongol.