Si piensas que Confucio fue uno de los chinos-japoneses más antiguos, de los que inventaron la confusión, mejor sigue leyendo.
Confucio vivió —aproximadamente— entre los años 551 a.C. y 479 a.C. El filosofo chino nació en un pueblo llamado Qufu, durante el gobierno de la dinastía Zhou. Fue funcionario del gobierno, ministro, educador privado y un conocido maestro.
El nombre de Confucio es una
forma latinizada del nombre chino Kong Fuzi —o Kung Fu Tse, que a la letra significa «maestro Kong»—, a quien siempre se le atribuyen citas, proverbios y aforismos que nunca dijo.
Difundió valores como el de la educación, la virtud y el cultivo de uno mismo. Su doctrina se fundamenta en el culto a la tradición,
a la familia, y resalta la importancia
de las virtudes naturales: la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y a los antepasados.
En manos de Confucio tomó forma
el confucianismo como escuela específica, y fue el responsable de la formación de sus fundamentos. Y no, no fue él quien inventó la confusión.
El confucianismo utiliza la cultura para conservar la integridad y bienestar de las personas, promoviendo los sentimientos humanos.