Nació en Bourg-Heret, Francia, en 1510, en el seno de una familia humilde, por lo que no pudo tener una formación académica como médico. A pesar de las circunstancias, llevó a cabo descubrimientos y técnicas novedosas para el tratamiento de heridas, al grado de que sus aportaciones lo convirtieron en uno de los padres de la cirugía moderna.
Paré inició su preparación como asistente de un cirujano partero. Debido a que no conocía ninguna lengua clásica, no podía leer los textos médicos y las obras de Galeno. A los 17 años, fue aceptado para trabajar en el hospital Hôtel-Dieu de París, donde las precarias condiciones y sus pocos conocimientos teóricos lo obligaron a desarrollar métodos alternativos. Poco después, trabajó como cirujano militar en una campaña en Italia.
Es sabido que, en los campos de batalla, Paré no hacía distinción alguna en cuanto a orígenes, nacionalidades y religiones de los heridos: trataba a todos por igual.
Ante la novedad que representaban las heridas de bala en el siglo xvi, su tratamiento médico no estaba muy desarrollado. Durante una batalla en la que no había forma de obtener aceite de saúco —utilizado para tratar estas heridas—, Paré hizo un importante descubrimiento: hizo una mezcla de yema de huevo, trementina y aceite de rosas y la aplicó sobre las heridas de los soldados. Al día siguiente, observó que la hinchazón y la limpieza de la zona afectada habían mejorado considerablemente. Posteriormente, publicó un tratado sobre el tratamiento de estas heridas, el cual tuvo gran éxito. No pasó mucho tiempo para que sus técnicas fueran utilizadas por otros médicos.
En otra batalla realizó, por primera vez en la historia, la ligadura de arterias en las extremidades amputadas de los soldados, técnica que dejó atrás la cauterización de las heridas con hierro al rojo vivo. Paré logró atar los vasos sanguíneos con puntos de sutura y fórceps, evitando las complicaciones de la cauterización y el dolor de la quemadura.
Ambroise Paré, quien revolucionó la cirugía de manera significativa, es conocido como el padre de la cirugía moderna.
Poco a poco, con sus importantes aportaciones y llamativos resultados, superó los obstáculos y la discriminación que recibía de otros médicos por no tener la preparación académica necesaria.
A Paré se le adjudica también la técnica de voltear al niño dentro del vientre de la madre, para evitar las complicaciones que implicaba la posición en la que se encontraba. También fue el primero en utilizar tubos para drenar abscesos.
Ambroise Paré murió en 1590, a los 80 años.