El Museo de la Pintura Mural Teotihuacana alberga la riqueza pictórica, que adornó los edificios situados en la Ciudad de los Dioses, la cual da conocimiento a una de las manifestaciones más importantes dentro del arte muralista.
En náhuatl Teōtihuácān significa: Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses. El topónimo representa a una de las ciudades más destacadas de Mesoamérica durante la época prehispánica.
La ciudad de Teotihuacan, con casi 25 kilómetros cuadrados de construcciones en piedra, mantuvo a una población mayor a los 100 mil habitantes. Su territorio concentró dos mil conjuntos habitacionales, como Atetelco, Tetitla y Tepantitla, por lo que, se consideró la cultura más extensa de todas.
Diversos registros realizados en la zona; muestran la pintura mural elaborada por los artistas teotihuacanos, que representa la variedad de murales que adornaban la ciudad, además, en ellos se refleja su manera de ver el mundo, con eventos históricos y políticos.
Creación del Museo de la Pintura Mural Teotihuacana
Los teotihuacanos fueron la sede del poder en los ámbitos político, económico, comercial, religioso y cultural. Estos rasgos marcaron a todos los pueblos del altiplano mexicano y con el tiempo se vio una clara necesidad de exponer su imponente arte.
Con la intención de acercar a la población a dicha cultura, se fundó el Museo de la Pintura Mural Teotihuacana. Hace 21 años abrió sus puertas donde mediante murales y otras representaciones, no menos relevantes: se intenta presentar el por qué esa ciudad fue una de las más sobresalientes de su tiempo.
La iniciativa de fundarlo surgió entre los años 1990 y 1996 a raíz de las investigaciones realizadas en Teotihuacan por el seminario de la UNAM, La Pintura Mural Prehispánica en México, a cargo de la doctora Beatriz de la Fuente.
Sin embargo, la idea ya se había presentado desde la década de los sesenta; cuando diversos arqueólogos e investigadores descubrieron los murales ocultos que albergó la Ciudad de los Dioses, por lo que plantearon la necesidad de crear un recinto para difundirlos.
Al no contar con un lugar tangible para exhibirlos, se decidió restaurarlos y llevarlos a bodegas de la zona arqueológica, sin que las personas tuvieran acceso a ellos. Las figuras artísticas no vieron la luz hasta el año 2000 cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aprobó el proyecto. Y así fue como el recinto abrió sus puertas el 29 de julio del año 2001.
Instalaciones en la Zona de Monumentos Arqueológicos
Las instalaciones del museo se construyeron al noreste de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacán. El sitio tiene dos entradas: la primera, se localiza al poniente de la Pirámide de la Luna; cerca del Quetzal Mariposa y el Patio de los Jaguares. La segunda está en el norte, al inicio de la calle Tuxpan.
Dentro se ofrece una vasta oferta cultural y didáctica. La primera sala muestra una relación entre los murales y otros recursos como materiales arqueológicos, maquetas, videos y escenografías.
Con un discurso accesible para el público y explicaciones sin un lenguaje técnico o especializado, se tratan temas relacionados con la pintura, arquitectura, materiales y herramientas que hacen posibles el arte del mural
