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El terrible secreto de Anne Perry

por Madame Currutaca

Pequeñuelos, hoy me siento realmente compungida porque se ha develado el terrible secreto que guardaba una estupenda escritora de novelas policiacas ambientadas en la Inglaterra victoriana. No sé por qué, pero ya me había olido que esta mujer tenía un pasado oscuro, pues esos truculentos casos de asesinatos y las retorcidas mentes de sus personajes tuvieron que provenir de una mala vivencia.

Escocia, octubre de 1994

Anne Perry es su nombre desde los 21 años. Antes se llamó Juliet Hulmey fue una niña asesina. Así es. Hijos míos, permítanme remontarme al año 1954, cuando Juliet, de 15 años, llega desde Inglaterra a Nueva Zelanda con sus papás. En la escuela conoce a Pauline, de 13, y se hacen amigas, muy amigas, tanto así que se sospecha de un cariño que va más allá de la amistad.

Pauline está harta de su vida y odia a sus padres, así que convence a Juliet de concebir un plan para… ¡asesinar a su propia madre! Y así lo hacen: una tarde sorprenden a la mamá de Pauline y le dan 45 golpes con un ladrillo. Aunque ellas creen que todo está muy bien planeado, la policía las descubre con facilidad. Tras un escandaloso juicio, son declaradas culpables e ingresadas en un reformatorio. Las liberan cinco años después, bajo la promesa de que no volverán a verse ni a hablarse nunca, pero nunca más.

Juliet Hulme sale de la cárcel, adopta el nombre de Anne Perry y se va para siempre de Nueva Zelanda. Trabaja en diversos oficios hasta que, en 1979, publica su primera novela, la cual obtiene un éxito inmediato. Desde entonces escribe, escribe y escribe de manera inofensiva; primero, en los EE. UU., luego, en una casita de Escocia, donde profesa la religión mormona, a la que pertenece desde hace muchos años.

Pero luego se estrenó una película que cuenta toooooda la historia de las niñitas asesinas y alguien —¿truco publicitario o simple indiscreción?— la delató: Anne Perry es Juliet Hulme, y Juliet Hulme es Anne Perry. Una ola de periodistas la está acosando. Les parece increíble que la refinada y dulce señora de 56 años sea la misma niña que hace 40 años asesinó brutalmente a una persona.

¿Qué sucederá con la exitosa carrera de Anne Perry como escritora? ¿Caerá en picada o se incrementarán estrepitosamente las ventas de sus libros? ¿Cómo responderá cuando la cuestionen acerca de su «pecado de juventud»? ¿Se resignará a ser una mujer marcada por el crimen? ¿Regresarán a su mente antiguos remordimientos? ¿La rechazará, con rudeza, la sociedad?

Ay, bueno, chicos, los dejaré en suspenso y les contaré el siguiente capítulo de esta vida de novela en otra ocasión, porque, la verdad, ya me estoy cansando de tantas preguntas.

Au revoir!

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