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La sonrisa de la maldad: El Guasón

¿Quieres saber cómo obtuvo sus cicatrices?

Icónico es la mejor palabra para describir al «Príncipe payaso del crimen», al «As de bandidos», al «Arlequín del odio»: el Guasón Joker, en inglés—. Pero, ¿por qué un personaje con la característica de demostrar auténtica locura ha perdurado más de 80 años, siendo reconocible por propios y extraños?

«Yo siempre tengo pensamientos oscuros»

Como si hubiera sido predestinado, cuando el «Caballero de la noche» finalmente obtuvo su propia serie en DC Comics, el primer villano al que se enfrentó fue el Guasón. Desde el Batman #1 del año 1940, la clásica figura del Guasón quedó definida: cara pálida, pelo verde, sonrisa roja y perpetua, traje morado, personalidad sádica, mentalidad de psicópata, armas y herramientas caricaturescas, así como su identidad desconocida.

Sus creadores fueron Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson, quienes se basaron en el personaje Gwynplaine —un hombre con la cara desfigurada— de la película muda El hombre que ríe —The Man Who Laughs— (1928), interpretado por el actor Conrad Veidt. Con esa apariencia, aunado a un sketch que involucraba una carta comodín —joker— hecha por Robinson, el arquetipo del villano había nacido, aunque originalmente se pretendió que el Guasón muriera en su debut —salvado por el entonces editor Whitney Ellsworth.

El primer Guasón de carne y hueso fue César Romero y apareció en Batman, la película de 1966, pero no ha sido el único, pues sus sucesores han sido: Jack Nicholson —Batman (1989)—, Heath Ledger The Dark Knight (2008)—, Cameron Monaghan —Gotham (2014-2019)—, Jared LetoSuicide Squad (2016) y Zack Snyder’s Justice League (2021)— y el más reciente Joaquin Phoenix Joker (2019).

«¿Alguna vez has bailado con el Diablo bajo la luz pálida de la luna?»

Ahora bien, desde la perspectiva temporal de los cómics, el Guasón nació en la Edad de Oro —entre 1930 y 1950,— periodo de tiempo en el que la censura no existía y los héroes y villanos iban directo al grano. Gracias a ello, la personalidad y psicología del personaje son las que —hasta el día de hoy— intrigan y generan morbo por saber cómo le hace para desafiar constantemente al más estricto de los superhéroes, Batman.


Sin embargo, en 1954 entró en vigor el Código de Autoridad del Cómic por lo que para la Edad de Plata y parte de la de Bronce —hasta mediados de los 70— el Guasón pasó de ser un maníaco a un burdo bromista pesado; más aún, él, que era un personaje cotidiano en los cómics, tuvo un periodo de cuatro años sin aparecer. Esto no impidió que en su regreso se estrenara la primera miniserie para un súpervillano, The Joker (1975), bajo las manos de próceres de la industria como Dennis O’Neil y Neal Adams, devolviéndole la locura al asunto.

«¿Por qué tan serio?»

No obstante, sería a partir de la década de los 80 hasta la actualidad —Edad Oscura y Moderna, respectivamente— en la que el Guasón alcanzaría su estatus legendario dentro y fuera de los cómics. Por una parte, el maestro Frank Miller con su The Dark Knight Returns (1986) nos mostró lo que sucedería cuando Batman dejara de existir: el Guasón pasaría como una celebridad inofensiva. Y por otro, The Killing Joke (1988) de Alan Moore y Brian Bolland, maximizaron la figura del «Príncipe payaso del crimen».


Lee el artículo completo en Algarabía 181.

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