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Inflación: ¿Qué es y qué la provoca?

La inflación puede tener un efecto negativo o positivo, según su perspectiva, ¿Conoces de que se trata?
La inflación

Yo, Josefina Téllez, amo las tortas de jamón, y todos los días sin falta le compraba una a doña Lencha. Por 10 pesitos me procuraba una deliciosa torta de tamaño decoroso, con una rebanada de jamón de pavo y dos de queso blanco, jitomate, rajas y hasta aguacate. Pero este año, doña Lencha ha tenido a bien aumentar el precio de cada torta a 15 pesos, es decir, 50% más de lo que costaba. Y no es que hubiera querido hacerse millonaria, pero el año pasado la inflación influyó en el precio de sus materias primas —es decir, el queso, el jamón, etcétera— y, por consecuencia, doña Lencha tuvo de dos sopas: sacrificar la calidad de su producto o aumentar el precio de sus tortas. Eligió la segunda, y ahora sólo puedo comprarle cuatro por semana. Y todo, por la cochina inflación…

Dice mi chavo que la inflación es «el incremento generalizado en el precio de bienes y servicios existentes en una economía —generalmente de un país— en un lapso determinado», y que ocurre generalmente cuando el gobierno tiene un gasto superior a su ingreso y decide financiarse con el dinero circulante —es decir, el monto de billetes, monedas y depósitos a la vista que existe en la economía del país.

A consecuencia de la inflación, se compra menos por la misma cantidad de dinero y se producen menos bienes y servicios. Además, resulta más difícil que los agentes económicos anticipen su comportamiento, así que se llevan a cabo menos proyectos de inversión, lo que afecta de manera negativa al empleo, los salarios, al tipo de cambio de la moneda y a los niveles de pobreza.

Para calcular la inflación, en México se utiliza el Índice Nacional de Precios al Consumidor —INPC—, que se construye a partir de una canasta de 315 artículos conocidos como genéricos; además, se toman en cuenta aspectos económicos y sociodemográficos propios del país, como el tamaño promedio de los hogares y la cifra de la población económicamente activa, y se eliminan precios volátiles —o «subyacentes»— como los de los bienes agropecuarios, de la gasolina, el gas y la electricidad, el transporte y la telefonía.

En teoría, la inflación no es un fenómeno económico negativo, sino un indicador que debería ser proporcional al aumento salarial; de no existir, las cosas costarían lo mismo todo el tiempo, y habría un estancamiento generalizado en la economía. Sin embargo, la inflación excesiva sí es peligrosa —la recomendación del Banco Mundial es que la tasa de inflación se mantenga lo más cercana posible a los tres puntos porcentuales—, pues si es de dos dígitos o más, significa que los productos y servicios que se venden en un país han incrementado su precio notablemente. Por ejemplo, en 1987, México alcanzó una cifra récord al tener una inflación de 159.17%.

Los expertos realizan estimaciones acerca de la inflación esperada cada año, las cuales, según su recomendación, deberían ser tomadas en cuenta para que la gente planifique su gasto y para que personas como yo disfruten de una mejor calidad de vida —o al menos la posibilidad de una dotación diaria de torta de jamón.

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