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Rock Argentino: música contra la dictadura

por Rocío Tenorio

El rock llegó como un estruendo entre sociedades conservadoras que no dudaron en rechazarlo y Latinoamérica no fue la excepción. En México surgieron los hoyos funky —escenarios clandestinos, destartalados, abandonados o viejos— en los que los jóvenes fanáticos de la estridente, vulgar y pecaminosa música rock se reunieron. Paralelamente, el rock en Argentina tuvo una evolución particular catapultada accidentalmente por el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

Primer golpe

Entre las estrategias represivas de la reciente dictadura, los primeros en caer de la radio y la televisión fueron los músicos de rock, por ser considerados representantes de los enemigos del nuevo orden nacional: los jóvenes, esos que —con con propaganda marxista bajo el brazo— amenazaban con destruir el buen nombre de las buenas familias que resguardaban las buenas costumbres.

Ante la prohibición, las bandas de rock se unieron y cuando el General Galtiri decidió que el enemigo ahora venía de Inglaterra, la prohibición de la música con letra en inglés (1982) —aunada al deseo de salir a la luz albergado por seis años— le dió al rock nacional un escenario libre de competidores importados. 

Su evolución

Al inicio no era estridente, en Argentina se conocía a este género como «música beat» y sus exponentes —más blanditos que el pan— eran, entre otros: Sandro, Johny Tedesco y Eddie Pequenino — como Enrique Guzmán, con acento porteño. A ellos los siguieron grupos que hoy consideraríamos boy bands que fueron muy parecidos a The Beatles —Los Shakers, The Beatniks y Los Gatos. 

Pero el rock que se volvió un emblema de Argentina es el de los años 70, cuando representantes como Spinetta, Sui Generis y Manal abrieron una escena enmarcada en lugares abiertos como el Festival Pinap y atravesaron la represión de la dictadura. En la segunda fase de esta, el rock argentino volvió con un giro pacifista y nacionalista con rolas del tamaño de Sólo le pido a Dios de León Gieco y No bombardeen Buenos Aires de Charly García. 

Al caer la dictadura (1983), ocurrió un cambio —para algunos un declive— en el que el rock se fusionó con el pop y el lado contestatario del pensamiento argentino que se había plasmado en el género se diluyó, dejándonos a fin de siglo con Fito Paez Al lado del camino.


Referencia:

Mara Favoretto, La dictadura argentina y el rock: enemigos íntimos, Resonancias Vol 18, año 2014, University of Melbourne, Australia

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