Todo comienza con el hallazgo. La admiración y la curiosidad se disparan y provocan el deseo de poseer más de lo mismo; viene entonces la necesidad de seguir buscando aquello que nos llamó tanto la atención.
Así empiezan las colecciones, y si se es lo suficientemente adinerado, obstinado y metódico, el coleccionista logrará tener tantos objetos que lo llenan de orgullo que decidirá —él, sus descendientes o de plano, una institución oficial— mostrarlos al mundo.
Basándonos en una definición oficial de lo que es un museo1 Según el Consejo Internacional de Museos —ICOM—, en: icom.museum/la-vision/definición-del-museo/L/1/ encontramos que es «un recinto que adquiere o conserva permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, recreo y educación». Ya que esto abarca todo lo que es coleccionable en sí, entonces entenderemos porqué diablos existen los siguientes recintos.
Comidas
– En Brujas, Bélgica, se puede visitar el Frietmuseum o Museo de las papas fritas, fundado por un tal Eddy Van Belle, quien hizo de un edificio gótico el lugar ideal para alojar la historia y los procesos de preparación de este manjar. Van Belle también fundó en la misma ciudad otros dos museos: uno de la luz doméstica —una colección de más de 6 mil lámparas— y otro del chocolate.
– Hablando del chocolate, en la colonia Juárez de la Ciudad de México hay un museo dedicado a dicho alimento. Una de las atracciones principales es la habitación cuyos muros están cubiertos por completo de chocolate, como la casa de la bruja de Hansel y Gretel.
– En La Palma, la isla bonita de Las Canarias, existe un museo dedicado en cuerpo y alma al plátano: sus cualidades nutricionales, las plagas que pueden enfermarlo, cómo se distribuye a la población, en fin.
– La ciudad de Austin, Minnesota, presume de ser la única en tener un museo dedicado a la carne enlatada, ¡sí, al Spam!, mientras que en Berlín hay un edificio dedicado a todos los detalles de un platillo tradicional alemán: las salchichas al curry.
– En Yokohama, Japón, el Cupnoodles Museum expone miles de variedades de sopas instantáneas, mientras que en Boloña, Italia y Alicante, España, existen museos del helado.
Escatológicos
– En Nueva Delhi, India, el turista no debería dejar de visitar el Museo Internacional de los Inodoros, fundado por el médico y filántropo Bindeshwar Pathak, preocupado por mejorar las condiciones de higiene y salubridad de aquél país. Reúne varias decenas de retretes de diferentes épocas y países.
El Distrito Federal es la ciudad con más museos de todo el mundo: cuenta con 151, aunque extraoficialmente tiene más de 200.
– El Museo del Orinal, en Salamanca, España, está compuesto por la colección particular de un señor apodado «Peseta». Cuenta con más de 1,300 piezas, algunas muy antiguas y otras bellamente adornadas y, por fortuna, limpias y secas.
Monstruos y extraterrestres
– Pasemos de largo por el de las momias de Guanajuato —que a los mexicanos ya no nos parecen tan ominosas porque forman parte de nuestra cotidianeidad— y vayamos a Gruyères, Suiza, donde un castillo medieval fue transformado en el Museo Hans Ruedi Giger, en el que habitan los diseños de este artista para la película Alien (1979), que parecen de otro mundo.
– El Museo Internacional del ovni —International ufo Museum— está en Roswell, Nuevo México, una localidad donde cayó un supuesto platillo volador en los años 40. En este museo están todos los detalles del suceso.
– La criptozoología es una seudociencia que estudia a los animales cuya existencia no ha sido comprobada. En Portland, ee.uu., se localiza el Museo Internacional de Criptozoología, donde «habitan» seres míticos como el Chupacabras y Pie Grande.
– En Segovia, España, el Antiguo Museo de la Brujería exhibe insectos y sustancias usadas para dicha práctica; en Nueva Orleans existe un Museo Histórico del Vudú, con instrumentos y muñecos pertenecientes a esta religión.
Objetos
– Bogotá, Colombia, es la sede del Museo de la Basura, compuesto por objetos de desecho que buscan generar conciencia de que la basura está invadiendo el planeta.
– El Museo de Arte Malo —moba— está en Boston, ee.uu., y alberga una «interesante» colección de obras de arte malhechas; por cierto, admite donaciones para enriquecer su colección de más de 600 piezas.
– El Kansas Barbed Wire Museum —Kansas City— presenta una nutrida colección de alambres de púas, mientras que el Cementeris de Barcelona ofrece a sus visitantes vivos la única colección de carrozas fúnebres de Europa.
– En la Ciudad de México se encuentra el Museo del Calzado, propiedad de la antigua zapatería El Borceguí, que expone la historia del zapato y los pares más antiguos, extravagantes y variados del mundo.
– En Avanos, Turquía, el Museo del Cabello exhibe más de 16 mil mechones de pelo de mujeres como «recuerditos», y las que llegan siguen dejando los propios.
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