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El bienamado Luis XV

Resulta que la amante oficial del monarca… ¡está embarazada! Y es obvio de quién es el hijo que espera, con todo y que está casi recién casada. Pero esto sólo es parte del escándalo...

¡Mis amores! Ando otra vez en París porque aquí se cocinan chismes verdaderamente regios, y ustedes no me dejarán mentir, que su majestad Luis xv trae a todos los parisienses con su nombre en los labios, y no precisamente en tono de alabanza o respeto, no, no, no, andan cuchicheando una historia verdaderamente jugosa para todo aquel que quiera enterarse, y yo, por supuesto, formo parte de lo que acabo de llamar «aquel».

París, Francia, 1740

Resulta que la amante oficial del monarca… ¡está embarazada! Y es obvio de quién es el hijo que espera, con todo y que está casi recién casada. Pero esto sólo es parte del escándalo. Mejor empiezo desde el principio para que tengan una idea clara de cómo está el panorama, porque ¡está grueso!
Hace unos siete años, cuando el rey tenía 23, le fue presentada una muchacha de su misma edad llamada Louise-Julie de Mailly, quien estaba casada —aunque separada— con un primo libertino, a quien le importaba un bledo lo que ella hiciera con su vida y con su cuerpo. Así pues, siendo ella linda y graciosilla, le gustó a Luisito, quien la tomó como amante, pues se sentía un tanto aburrido de su mujer Marie, que no hace más que darle hijos y rezar.
Luis xv, por haber crecido huérfano y aconsejado sólo por el cardenal Fleury, era un chico tímido, y por algunos años le fue fiel a su mujercita —se casaron cuando él tenía quince años y ella como veinte—, pero con la edad se puso bastante guapo, así que imagínense: galán, simpático y rey, ¿qué muchacha no le iba a hacer ojitos?
Pues Louise lo conquistó y estaban muy contentos juntos cuando ella tuvo la «sublime» ocurrencia de recibir en su casa a su hermanita menor, Pauline-Félicité, quien es tre-men-da… y que le roba el rey a la hermana. Aunque lo cierto es que la pobre de Louise sige enamorada del monarca y aunque él ya no la desea, todavía le guarda respeto.
De modo de Luis, Louise y Pauline han formado un mènage á trois que para qué les cuento: él las visita en la mansión de Choisy que le compró a Pauline y al parecer, tiene pasión para darles a ambas. Ahora que Pauline salió con su domingo siete, todo París anda criticando las indiscreciones del monarca y las hermanitas. Sus súbditos ya le perdieron el respeto, de plano.
Por ahora así están las cosas, pero no dudo que luego se pongan color de hormiga, porque hay tres hermanitas Mailly más que están bastante atractivas, a ver si Luisito no se encapricha alguna otra de ellas. Pero ya se augura que Marie-Anne Mailly se está preparando para conquistar el corazoncito real. ¿Será?
Ay, me voy a quedar otra temporada más en la ciudad, a ver qué pasa.
Au revoir!

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