1912, Atlántico Norte. El doctor en física Anthony Newman —James Darren— y el científico Douglas Phillips —Robert Colbert—, de pronto se encuentran entre los pasajeros del Titanic, que está por chocar contra un iceberg y hundirse.
Pero, ¿cómo que «de pronto»? ¿Quiénes son estos extraños que no están en la lista de pasajeros? ¿Qué es eso de «está por chocar»? Pues se trata del primer capítulo de la teleserie de ciencia ficción El túnel del tiempo.
1968, subsuelo del desierto de Arizona. La base secreta Tic-Toc alberga al Túnel del Tiempo, un gigantesco aparato que, justamente, permite viajar en el tiempo. El proyecto emplea a 36 mil personas, aunque en pantalla sólo vemos al general Heywood Kirk —Whit Bissell—, y a los operadores del túnel: la Dra. Ann McGregor —Lee Meriwether— y su jefe, el Dr. Raymond Swain —John Zaremba—, quienes una y otra vez transportan a Tony y Douglas a diversos lugares y épocas, pero que nunca, durante su única temporada de 30 capítulos, logran hacerlos volver al «tiempo presente».
1966, Hollywood. El director y productor de cine Irwin Allen decide aprovechar los escenarios, la utilería, las tomas sobrantes y hasta los vestuarios de muchas de sus producciones anteriores —y otras de la Twentieth Century Fox— para escenificar la historia. Así, la producción de la serie consume muy pocos recursos: un set para instalar el túnel y la sala de control, algo de vestuario y muchos efectos especiales, que la hacen ganar un premio Emmy en 1967. Dos datos curiosos: sólo en cuatro de los treinta episodios viajan al futuro —en los demás, al pasado—, y el tema de entrada de la serie fue compuesto por el laureado John Williams.
http://www.youtube.com/watch?v=ojbjEERSRVs
