¿Qué sería de nosotros sin mamá? Nos cuidan, nos aconsejan y tratan de educarnos lo mejor que pueden.
Es verdad que nadie nace sabiendo ser madre y mucho menos hay una escuela de maternidad, es por eso que, en ese valioso intento por hacernos personas de bien, a veces se desesperan con nuestras travesuras y nos dicen una que otra frase que nos puede causar miedo, confusión o hasta risa.
Luego de leer todas frases que amablemente nos enviaron, asegurando que las escucharon muchas veces durante su infancia y adolescencia, elegimos las diez que nos parecieron las más representativas. ¿Su mamá les dijo alguna de estas frases?
10. Si tus amigos se tiran de un puente, ¿tú también?
La mayoría de nosotros escuchó en su adolescencia esta frase —o alguna variante con las palabras pozo, edificio, etcétera—. Con su infinita sabiduría, mamá trataba de decirnos que no hay que dejarnos llevar por la borregada.
9. Es lo que hay de comer, ¡aquí no es restaurante!
Si pedías algo diferente al «menú del día», seguro escuchabas esta frase.
8. No sé, pídele permiso a tu papá
Era una forma diplomática de negarte un permiso y deslindarse de la posible negociación y/o berrinche para convencerla de que te dejara salir.
7. ¡Te voy a dar motivos para que llores!
Esta frase me parecía muy cruel, pues mi madre me la decía cuando lloraba después de caerme o lastimarme jugando; ya tenía motivos suficientes para llorar y ella quería darme unas nalgadas para que siguiera llorando.
6. ¡Ahorita es ahorita!
La verdad que esta frase sí nos la merecíamos, pues mamá nos pedía hacer algo —como limpiar nuestro cuarto— y nosotros respondíamos «ahorita lo hago», pensando que ese «ahorita» tardaría mucho en llegar, por eso mamá tenía que recordarnos que «ahorita» es en este momento.
5. ¡Y nada más donde no me devuelvas mi tóper!
Aquí no hay nada más que decir: los tópers son sagrados.
4. Y si lo encuentro, ¿qué te hago?
No sé cómo le hacía, pero mi madre siempre encontraba en unos minutos lo que yo pasaba horas buscando y no podía hallar.
3. Todo lo que me hagas lo pagarás con tus hijos
Uy, eso sí es una amenaza. No es que nuestra progenitora nos esté deseando algún mal, sólo nos recueda que el karma existe.
2. Pásame la esa que está encima del ese
¿Cuál de todas esas que hay en la casa? ¿A qué se refiere con ese? Estas preguntas aparecían en nuestra cabeza, pero no había tiempo de reflexionar, debíamos adivinar qué quería que le pasáramos antes de que se enojara y lo tomara ella misma.
1. ¡Porque lo digo yo, que soy tu madre!
Mamá podía terminar con cualquier discusión o negociación con esta frase, la cual por supuesto nos decía bastante molesta.
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