significado – Algarabía https://algarabia.com Algarabía Wed, 19 Feb 2025 05:02:24 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://algarabia.com/wp-content/uploads/2021/06/favicon.png significado – Algarabía https://algarabia.com 32 32 Cheve, cuba libre y jaibol, la explicación con Jorge https://algarabia.com/cheve-cuba-libre-y-jaibol/ https://algarabia.com/cheve-cuba-libre-y-jaibol/#respond Wed, 19 Feb 2025 05:02:22 +0000 https://algarabia.com/?p=53636 El escritor Jorge Ibargüengoitia era un bon vivant. Vivía en Coyoacán con su mamá y su tía y, más tarde, con su mujer —nunca tuvo hijos y no se relacionaba con los niños hasta que éstos «tenían la edad suficiente para beber»—; se la pasaba haciendo comidas y reuniones, en las que servía viandas como: filete, risotto con trufas, foie gras y queso roquefort, bien acompañadas de bebidas alcohólicas.

En muchos de sus artículos y cuentos —como los que incluye en La ley de Herodes— nos cuenta anécdotas en que las cubas libres, las cheves y los jaiboles son protagonistas: «En la cocina, preparábamos cubas libres, platicábamos un rato y veíamos, con horror, cómo nos iba creciendo la barba». O: «Me estaba tomando un daiquiri y, cuando lo terminé, me tomé un jaibol».

Las palabras son…

Y es que cheve es una derivación de cheveza; cuba libre es un mexicanismo que, a decir de Francisco J. Santamaría, es un «mortal mejunje», una «bebida embriagante muy de moda entre la gente de copete», mezcla de ron con refresco de cola que recibió su nombre por aquello de Cuba y EE. UU.; y jaibol es una adaptación fonética del inglés highball, que designa bebidas preparadas con whisky y agua mineral, entre otras combinaciones, que llevara a la denominación de los vasos jaiboleros, ésos largos y esbeltos que abundaban en las casas clasemedieras de la época en que estos cuentos fueron escritos (1967), misma que vio a un México en jauja, una ciudad con mucho menos gente y una clase media con un estilo de vida más relajado y mayor poder adquisitivo.

Unas cheves bien frías.

Fue precisamente en ese tiempo cuando se pusieron de moda estos términos que hoy sólo dicen nuestros abuelitos o papás septuagenarios, porque ahora la gente toma chelas, cubas y whisky, y pocas veces tiene el tiempo para estar en casa y solazarse con la comida y la bebida como Ibargüengoitia —que cumpliría 100 años en 2028—, para asegurar que: «No hay mejor cosa que tomar un jaibolito o botanear con unas cheves o una rica cuba libre hecha con Baca».

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Derecha, la flecha https://algarabia.com/derecha-la-flecha/ https://algarabia.com/derecha-la-flecha/#respond Wed, 19 Feb 2025 04:56:32 +0000 https://algarabia.com/?p=42872 ¿Cómo sabemos a dónde dirigirnos? Por lo regular, siguiendo señales que ostentan una flecha.
Es difícil establecer las razones por las que la flecha, que debió de tener su origen en la cultura de los pueblos cazadores, llegó a su apogeo después de la Revolución Industrial. Es posible que se deba a las muchas funciones que tiene: marcar dirección, implicar, puntualizar y denotar movimiento, entre otras.

Como símbolo, la flecha representa el pensamiento y el conocimiento, dada su relación con el rayo de sol, que es luz esclarecedora. Esto la convierte en atributo divino: son arqueros Artemisia, Apolo y Eros. En cambio, un esqueleto portando arco y flecha simboliza la muerte. El demonio y la representación de la peste recurre a la figura de ángeles vengadores que lanzan sus flechas.s17-curiosidades-arquero
Una flecha representa también la castidad —fugaz y frágil—, mientras que un haz de ellas alude a la constancia, la concordia, la unión y la fuerza. En nuestros días, se mantiene asociada a la rapidez y la velocidad, pero cada vez es más una señal que un símbolo.

La punta de lanza

El de la flecha es uno de los primeros signos empleados por el hombre, pues desde la prehistoria se relaciona con la caza y con la protección; es decir, con la supervivencia y la vulnerabilidad, con la vida y con la muerte.
Esta forma despierta sentimientos de agresividad y de miedo, ambos fundamentales en nuestra estructura psicológica.
Con la aparición de las primeras construcciones —producto de la albañilería— y de la navegación en barcos, surgió la necesidad de un instrumento que permitiera señalar un punto con precisión.

Las puntas de flecha debieron ser utilizadas en aquel tiempo como plomada y como taladro. Siglos después, en la época medieval, encontramos indicadores con forma de lanza y de alabarda. Estas formas las copiaron los relojeros para aplicarlas a las manecillas de las armas de sus contemporáneos.
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El signo de la flecha apareció en la cartografía en la forma de la brújula y la rosa de los vientos. También
se aplicó a la incipiente astronomía para simbolizar
los planetas. Probablemente el Sol fue representado por un círculo al que se le añadía una flecha que indicaba la irradiación en una dirección determinada
y es presumible que los símbolos de Marte y Urano se originaran de modo análogo. 

En los signos zodiacales, la flecha se relaciona con Sagitario. En la matemática y en la lógica matemática, la flecha horizontal tiene el valor de tendencia e implicación. Hoy en día, la flecha también se utiliza en los diagramas meteorológicos: dos flechas cruzadas significan borrascas de nieve; una flecha horizontal apuntando hacia la izquierda indica heladas; los meteoros eléctricos y las tormentas próximas se señalizan por medio de una flecha quebrada. La línea quebrada con cabeza de flecha que designa al rayo también significa peligro en un contexto más general.

Señal de que vamos avanzando

En una sociedad en la que aún servía de arma ofensiva, la flecha fue empleada como indicador de dirección, sujetándola a árboles o postes.
El significado direccional de la flecha se fija a la memoria desde la infancia, y al parecer no existe un signo más adecuado como indicador de dirección: por ejemplo, durante el siglo xvii, se intentó indicar los caminos con una mano con el pulgar extendido, pero la iniciativa no tuvo éxito.

El símbolo del reciclaje, tan conocido y necesario en estos días, es un ejemplo de flechas que indican un circuito continuo
Cuando inició la circulación de automóviles, se adoptaron rápidamente los rótulos con flechas para señalizar los caminos. En un congreso de la Liga Internacional para el Turismo —que tuvo lugar
en Londres poco antes de
finalizar el siglo xix—, fueron elaborados los primeros modelos unificados de las señales de circulación, que serían ratificados en 1900 en el congreso celebrado en la ciudad de París.

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Hay de flechas a flechas

Aunque existen muchas variaciones formales, la flecha se compone de tres secciones: la cabeza, la caña y la cola.
En las primeras placas de circulación, la flecha aún era notablemente realista: la cabeza aparecía con su garfio y el extremo opuesto se representaba con una estilizada cola de plumas.

En el siglo XX, la International Electrical CommissionIEC— estandarizó las distintas configuraciones de las flechas para lograr una misma interpretación, sin importar si las vemos en planos, máquinas, relojes, aparatos, paredes o postes. Pero lee más de esto en Algarabía 64

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Expresiones con palabras olvidadas https://algarabia.com/expresiones-con-palabras-olvidadas/ https://algarabia.com/expresiones-con-palabras-olvidadas/#respond Wed, 19 Feb 2025 04:43:10 +0000 https://algarabia.com/?p=14312 Muchas expresiones que se usan desde hace tiempo, y que todos entendemos, incluyen una o más palabras cuyo significado hemos olvidado porque están ocultas en los arcanos de un lenguaje que, al usarse, va cambiando.

Un primer ejemplo lo tenemos en la expresión «estar del cocol». Para los mexicanos, el nahuatlismo cocol —de cocolli, ‘tamal de maíz y frijol amasado con miel’— es un rombo, o más específicamente un panecillo que tiene forma de rombo, cubierto de ajonjolí y con sabor a anís, pero además, el drae señala que la frase «irle a alguien del cocol» se trata de una expresión coloquial mexicana que significa «irle a alguien muy mal» y, por su parte, el Diccionario de Mejicanismos de Santa María registra la expresión «quedar del cocol» como un vulgarismo que significa «quedar mal o indecorosamente» en una actividad o empresa.

Otra frase que casi podría ser un refrán y que cada vez se usa menos es «decirlo de chía pero ser de horchata», y significa «tú lo dirás de broma, pero es verdad». La expresión hace alusión a las aguas frescas típicas mexicanas. La de chía —del náhuatl chia o chian— es un agua de limón con semillitas de chía —una planta parecida a la salvia— que remojadas en agua sueltan una especie de baba y son muy refrescantes. La de horchata —del latín hordeata ‘hecha de cebada’, quizá por conducto mozárabe—es de origen español, y generalmente se hace con granos de arroz machacados, exprimidos y mezclados con agua y azúcar. Una es más clara y menos consistente, la otra es más blanca y espesa —por ello la analogía.

Otra frase muy mexicana es «chupar faros», que significa «morirse, perecer, petatearse». Esta expresión alude a la marca de cigarros Faros, quizá porque son los cigarros tradicionalmente más económicos y, por lo tanto, está más cerca de morirse el que los fuma que el que fuma otra cosa. Viene de ahí también la frase «¡Ay, farito, ni que fueras luquistray!», debido al contraste de los Faritos con los Lucky Strike, unos cigarrillos estadounidenses que, por ser importados y caros, eran símbolo de gente rica y pudiente.

No es raro que, antes de chupar faros, uno «comience a chochear». Expresiones como «¡Ése ya está chocheando!» o «¡Ya empezó con sus chocheces!» utilizan derivaciones de chocho, voz onomatopéyica que alude a alguien que tiene debilitadas las facultades mentales por efecto de la edad, pero chochea también aquel que está tan enamorado o lelo que, de puro cariño, empieza a conducirse como el que chochea.


La expresión «en un santiamén» quiere decir «en un instante, en un dos por tres, súbitamente», y viene de la costumbre de persignarse, rezar o bendecir pronunciando las palabras latinas Spiritus Sancti, amen —o sea, el final de: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén», que generalmente se dice en vilo, rápido y, como dice mi amigo Eduardo, «como queriendo acabar ya»—.

«De oquis» es una expresión que se refiere a hacer algo de balde o inútilmente. Oquis viene del árabe haqq que significa «retribución o propina». Durante la ocupación mora en España al término se le añadió la preposición de y se convirtió en «de oque», y así llegó a México durante la conquista, hasta que se «naturalizó» y se convirtió en «de oquis». El Diccionario de Santa María menciona dos obras —ambas de 1939— donde se alude a la expresión «de oquis» como «de gratis, gratuitamente, sin resultado, sin provecho», y pone como ejemplo: «El dos me resulta guango, no di oquis es número uno el batallón de Durango», como parte de la lírica del corrido popular «El gavilán», según texto de Francisco Castillo Nájera.

Para referirnos a alguien flaco, desgarbado, como colgado, podemos decir que está o es ñango. Originalmente, la palabra ñanga se refería a la carne que tenía cartílagos o nervios, ésa que es toda pellejuda, y quizá por extensión, comenzó a utilizarse para designar personas. El drae refiere la expresión como un mexicanismo que designa a alguien «desmedrado, enclenque». Por su parte, Santamaría dice que: «En Michoacán vale como ñengo en Tabasco, flaco, débil, enclenque, desmedrado. En Cuba dicen ñangado, muy usado en la región para designar a un individuo flaco, desforzado».

Es probable que si alguien está muy ñango también tenga «piernitas de chichicuilote», es decir, que tenga piernas flacas como de pájaro. Y no cualquier pájaro, los chichicuilotes —del náhuatl tzitzicuilotl o atzizicuilotl— son unas aves pequeñas de color gris, pico largo y delgado, y piernitas de hilo.

Pero si le dices a alguien que está ñango y tiene piernitas de chichicuilote corres el riesgo de que «se arme la de San Quintín», es decir, algo muy importante y grande, un gran revuelo, una gran trifulca. Esta antigua expresión alude a la Batalla de San Quintín, que ocurrió cuando, tras haber sido invadido en 1556 el reino de Nápoles por las tropas francesas, Felipe II ordenó a las tropas españolas que se encontraban en los Países Bajos españoles invadir Francia. Las tropas españolas invadieron San Quintín, que se rindió a los 17 días de asedio. Como consecuencia —la más señalada— del triunfo, el soberano español dio la orden de construir el monasterio de El Escorial en las afueras de Madrid.

Si no se te arma la de San Quintín, quizá te toque que te «den una tunda». «Dar una tunda» es una expresión muy usada por las mamás, que implica un castigo físico. Quizá algunos hemos olvidado el significado de tunda, un sustantivo que viene del verbo tundir, del latín tundere, y que significa «castigar con golpes, palos o azotes». Una tunda es la acción y efecto de tundir, y el lector es libre de imaginar lo que eso conlleva.

Una estrategia para evitar que te den una tunda es «hacerte guaje», es decir «hacerte el bobo, el desentendido». La palabra guaje viene del náhuatl hoatzin o hoaxin y designa a los frutos cuya cáscara sirve para hacer vasijas y flotadores —por ahí otro dicho: «no necesito guajes para nadar»—. Al estar vacíos, por extensión, los guajes se asemejan a alguien hueco, bobo o tonto.

Hasta aquí, lector, las expresiones que nos han llegado a la mente o cuyo significado nos han preguntado. Si usted tiene otras cuyo origen conoce o, al revés, desea conocer, por favor no se haga guaje y háganoslas llegar.


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Glosario de nahuatlismos II https://algarabia.com/glosario-de-nahuatlismos-ii/ https://algarabia.com/glosario-de-nahuatlismos-ii/#respond Tue, 28 Jan 2025 22:38:51 +0000 https://algarabia.com/?p=59653 Anunciamos con chirimías y teponaztles la segunda parte de este glosario de nahuatlismos. Recuerda que la x suena como «sh» —por ejemplo, xocue = «shocue»—; que la doble ele no es como la ll del español, sino como una ele larga —temazcalli = «temascal-li»—, y que todas las palabras se acentúan en la penúltima sílaba.

Plantas

Guaje [huaxin]. Semilla comestible en vaina; recipiente hecho de una calabaza hueca; tonto. Ya deja de hacerte guaje.

Huauzontle / huazontle [huauhtzontli]. Planta comestible. Ayer comimos tortitas de huauzontle.

Huizache [huitzcuáhuitl]. Árbol espinoso. Pídele al mariachi que toque «El huizache».

Hule [ulli]. Savia gomosa del árbol del zapote; látex. El cheque que me diste era de hule y rebotó.

Jícama [xicámatl]. Bulbo comestible. Quiero jícamas con chile.

Jitomate [xitómatl]. Fruto también conocido como «tomate», de color rojo o amarillo. Este guisado se acompaña con caldillo de jitomate.

Miltomate [miltómatl]. Fruto que crece en las milpas, llamado también «tomate verde» o «tomate de milpa». Cómo se antoja esta salsa de miltomate.

Nopal [nopalli]. Cactus comestible; baboso. No le confíes el proyecto, es medio nopal.

Ocote [ócotl]. Pino muy resinoso. Échale más ocote a la fogata.

Quelite [quílitl]. Hierba silvestre comestible; eufemismo para «querida» —amante—. ¿No sabías que es la quelite del jefe?

Tejocote [texócotl]. Fruto ácido; otro eufemismo para «testículo». Le puse muchos tejocotes al ponche.

Tule [tollin]. Especie de junco cuyos tallos se entretejen para hacer artesanías. Este canasto está hecho de tule.

Xoconostle [xoconochtli]. Tuna agria. Al mole de olla no puede faltarle su xoconostle.

Foto: Achim Thiemermann

Zacate [zácatl]. Pasto, forraje; fibra para tallar los trastos. El zacate ya está muy crecido.

Zapote [tzápotl]. Diversas variedades de frutos comestibles. Y de postre hay dulce de zapote.

Objetos

Ajuate / ahuate [áhuatl]. Espina diminuta. Cuando pelé las tunas se me pegó un ajuate en el dedo.

Amate [ámatl]. Papel de cierta corteza de árbol. Este papel amate es perfecto para encuadernación.

Cacles [cactli]. Zapatos. ¿Traes cacles nuevos?

Cajete [cáxitl]. Plato hondo. El pozole sabe mejor servido en cajete de barro.

Comal [comalli].- Plancha de barro o metal para cocer alimentos. El comal le dijo a la olla…

Copal [copalli]. Resina de árbol que se usa como incienso. El brujo quemó copal para hacer un sahumerio.

Chalchihuite [chalchíhuitl]. Cuenta de turquesa sin pulir. Me compré este collar de chalchihuites en Tepoztlán.

Chante [chantli]. Lugar donde se habita. Yo me voy a mi chante.

Chichi [chichi]. Seno. Y mientras bailaba, se le abrió el vestido y, ¡zas!, que se le sale una chichi.

Chinampa [chinampan]. Especie de plataforma hecha a orillas de un lago o laguna con carrizos entretejidos y cubiertos de tierra y limo, usada como espacio de cultivo. Si quieres ver chinampas, vamos a Xochimilco.

Chiquihuite [chiquíhuitl]. Canasto de carrizos entretejidos. Echa la ropa sucia en el chiquihuite.

Equipal [icpalli]. Pieza de mobiliario —en especial sillas— con armazón de madera y superficie de paja o fibras entretejidas. Mi tía llenó su casa de equipales.

Huarache [cuauhcactli]. Sandalia. Por ir de huaraches a la excursión, un insecto me picó en el pie.

Huipil [huipilli]. Blusón o vestido bordado. Conozco a una mujer que hace unos huipiles preciosos.

Jacal [xacalli]. Choza de paja; morada humilde. Ven a mi jacal.

Machote [machíotl]. Modelo; molde. Pásame el machote para las cartas de cobranza.

Malacate [malácatl]. Mecanismo giratorio. Para vaciar el pozo necesitamos un malacate.

Mecate [mécatl]. Cuerda hecha de fibras orgánicas. Mi corazón late como burro sin mecate.

Metate [métlatl]. Piedra plana para moler. ¡Si las abuelas hubieran tenido licuadoras en vez de metates…!

Foto: lifeder.com

Molcajete [molcáxitl]. Recipiente de piedra o barro que se usaba para moler alimentos. Como entremés queremos un molcajete con nopalitos y queso.

Papalote [papálotl]. Artefacto de madera y papel para elevarlo en el aire. Cada quién hace de su vida un papalote.

Petaca [petlacalli]. Maleta; eufemismo para nalga. Pon aquí tus petacas.

Petate [pétlatl]. Alfombrilla hecha de palma entretejida. Por caja quiero un petate; por cruz, mis dobles cananas…

Popote [pópotl]. Pajilla hueca; cosa muy delgada y frágil. Quiero un popote para mi raspado.

Tanate / tenate [tanatli]. Cesto pequeño de carrizo o palma; testículo. En este tanate hay tortillas; en el 
otro, tlacoyos.

Temazcal [temazcalli]. Baño de vapor con hierbas. Después del temazcal me sentí muy relajado.

Teponaztle [teponaztli]. Tambor hecho
 de un tronco ahuecado. Los danzantes bailaban al son de chirimías y teponaztles.

Tilma [tilmatli]. Manta o capa de algodón. No hay tilma tan famosa como la de Juan Diego.

Tiza [tízatl]. Gis. En México decimos gis; en España dicen tiza.

Conceptos

Achichincle [de atl y chichini]. Ayudante; secuaz. Ya llegó el diputado con todos sus achichincles.

Cuate [cóatl]. Gemelo, mellizo; amigo del alma. Te presento a mis cuates.

Chahuistle / chagüistle [chiahuiztli]. Enfermedad de los cultivos; calamidad; mala suerte. Ya nos cayó el chahuistle.

Chamaco [chamáhuac]. Persona joven; niño. ¡Pero cómo has crecido, chamaco!

Chamagoso [chamáhuac]. Sucio, descuidado. Cuando no va a trabajar, anda todo chamagoso.

Chaneque [chane, singular; chaneque, plural]. Duende, habitante sobrenatural de un lugar. Aquí hay chaneques.

Chipichipi [chichipini]. Llovizna. Todo el día ha estado ese chipichipi.

Chípil [tzípitl]. Se dice del niño pequeño que se comporta mal cuando su madre vuelve a embarazarse. Mi hijo anda medio chípil.

Chipote [xixipochtic]. Hinchazón por un golpe, generalmente en la cabeza. No respondo chipote con sangre…

Chocante [chocani]. Llorón; remilgoso. Pero qué chocante estás hoy.

Chueco [xocue]. Tullido de un pie; torcido; ilegal. Estos papeles son chuecos.

Escuincle / escuintle [i(t)zcuintli]. Perro; término despectivo para niño. ¿Qué hiciste, escuincle?

Itacate [itácatl]. Comida para llevar. Llévate tu itacate para el camino.

Milpa [milpan]. Terreno sembrado de maíz. Ahora sí te llovió en tu milpita.

Mitote [mitotía]. Baile; ruido o escándalo. ¿Y dónde va a ser el mitote?

Nahual / nagual [nahualli]. Brujo que puede adquirir la forma de un animal. Se me hace que mi vecina es nahuala.

Nahuatlato [nahuatlatoa]. Hablante de náhuatl. Mi maestro es nahuatlato nativo.

Pachón [pacha]. Que tiene mucho pelo; esponjoso. Me regalaron un peluche muy pachoncito.

Papacho / apapacho [papatzoa]. Abrazo bien dado; muestra reconfortante de cariño. Necesito un apapacho.

Pilmama [pilmama]. Nana o niñera. Soy tu novia, no tu pilmama.

Tameme [tameme]. Cargador. Me trajo de su tameme todo el santo día.

Tianguis [tianquiztli]. Mercado. Voy al tianguis; no me tardo.

Xocoyote [xocóyotl]. Hijo menor. Juan es el xocoyote de la familia.

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Lo que dicen las paredes https://algarabia.com/lo-que-dicen-las-paredes/ https://algarabia.com/lo-que-dicen-las-paredes/#respond Mon, 09 Dec 2024 02:16:00 +0000 https://algarabia.com/?p=17721 Cuántas veces hemos caído ante una broma inscrita en una pared de la calle, nos hemos detenido a tomarle una foto a una frase rayoneada en un muro al asumirla como verdad. O, nosotros mismos, dejado un mensaje amenazante, odioso, amoroso, para alguien más en un baño público; dejado huella, de puño y letra, en los lugares que visitamos. Nos consta entonces que las paredes hablan y de eso hablaremos a continuación.

–Filosofía callejera–

¿Qué mensaje hubiera tenido sentido ahora?

Julio Cortázar

***

Por siglos los muros han sido una especie de hoja en blanco; la escritura no se explica sin las pinturas rupestres, reconocidas como el antecedente de la palabra. De modo que en la antigüedad los muros sirvieron al hombre para representar y registrar aquello que deseaba que perdurara, y también para comunicarse. Desde entonces podemos decir que los muros no sólo oyen sino que, también, hablan.

Se sabe que en la Grecia antigua ya se hacía uso de los mensajes en las paredes, en Éfeso aún se conservan viejas inscripciones de tinte amoroso-sexual por parte de las prostitutas que anunciaban sus servicios. Lo mismo que en Roma, la muestra se halla en Pompeya, la ciudad sepultada por el Vesubio. Entre los mensajes que se han encontrado sobresalen anuncios, citas literarias y protestas. Por otra parte es reconocida la anécdota de que en la Segunda Guerra Mundial los soldados dejaban vestigio de sus batallas en las paredes, como en los monumentos; así como aquélla otra de que se encontró en Túnez, Italia y otros países la inscripción Kilroy estuvo aquíKilroy was here–, un clásico de clásicos, lo cual nos hace preguntarnos ¿quién fregados habrá sido ese tal Kilroy y qué anduvo haciendo por el mundo?

«En los exámenes, responda con preguntas»

–Muro de la Sorbona
Los muros han sido de tal modo, como instrumento para la creación, fundamentales en la Historia del arte, y su importancia se revaloró en el siglo xx en Latinoamérica con el surgimiento del muralismo, que optó por esta técnica para que sus creaciones llegaran al pueblo, estuvieran abiertas a él, y de esa manera aleccionarlo. No obstante aquí nos interesa hacer hincapié en el texto, más que pictográfico, escrito y cotidiano, en las frases o en los mensajes que los estudiantes escriben en los salones, que los borrachos rayan en los baños, que los enamorados inscriben en las afueras de las casas o que los viajeros dejan en los centros turísticos, en esa antología de humor, de filosofía popular y callejera.

Hoy en día rayar las paredes es una transgresión, un acto que realizado en la clandestinidad se ha vuelto, para quienes son asiduos a realizarlo, un movimiento artístico que a la manera del muralismo toma los muros como su espacio: el graffiti –de la raíz grafo, ‘escrito’, ‘escribir’–; cuya índole los críticos siguen discutiendo. Pero más allá del arte o la intención artística-estética, las personas usan los muros para inscribir protestas, pensamientos, poemas, declaraciones amorosas, burlas, odios, para crearle mala fama a alguien, o para dejar su huella en los lugares que han pisado, sus nombres; como un espacio de opinión y expresión pública –o íntima, si es que está plasmada en la intimidad de un baño público–. De modo que a veces las paredes contienen todo eso que se quiere comunicar, los mensajes son como un grito o un alarido de las calles, la mayoría de las veces perecedero por su carácter ilícito y transgresor.

«Puto el que lo lea»

–Muro de baño público
Podemos decir entonces que estos rayones en las paredes han evolucionado sin dejar de ser primitivos en esencia, ahora encontramos, por ejemplo, en las calles de la ciudad tuits callejeros, frases en 140 caracteres pegadas en los muros. Sin dejar de lado el boom las intervenciones iconográficas de stickers. Aunque a decir verdad en la actualidad esta práctica se ha canalizando a las redes sociales; un espacio en donde podemos escribir lo que pensamos y que está abierto a la opinión. La asociación es inevitable; no es gratuito, por ejemplo, que se tenga un muro en Facebook.

Quizá sea difícil, o por qué no, muy fácil, aceptarlo: todos hemos cedido alguna vez a la tentación de cometer este acto primitivísimo, –adjetivado así con plena razón–; de convertir la memoria particular en una memoria colectiva. Desmiéntame si no. Es así que la gente le da voz a las paredes, las utiliza como canal para enviar mensajes a todos, a alguien en especial. La necesidad de decir ha estado presente desde siempre.

Es así que, si salimos a la calle y observamos, resulta evidente que las paredes hablan, tienen un lenguaje propio que aceptado o no, existe; díganos entonces usted, querido lector, ¿qué les ha escuchado decir?
Para conocer más sobre el grafitti, lee el artículo «Pinto y me voy» en Algarabía 31.

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¿Para qué sirve un Ombudsman? https://algarabia.com/ombudsman/ https://algarabia.com/ombudsman/#respond Tue, 03 Dec 2024 15:16:15 +0000 https://algarabia.com/?p=36469 La primera vez que escuché la palabra Ombudsman pensé que se referían a un héroe de ficción como Superman, Ultraman, He-Man, Spiderman, Batman, Aquaman o Birdman; sin embargo, después de saber su origen, sus valores y sus características, me queda claro que para ser un auténtico superhéroe no se necesita pertenecer al Salón de la Justicia.

El Ombudsman surgió durante el ocaso de la monarquía absoluta sueca (1772-1809), en la cual el poder del rey sometía por igual a jueces y funcionarios. Esto hizo que, invocando la división de poderes de Montesquieu, se considerara la pertinencia de un funcionario, autónomo del poder Ejecutivo, que fungiera como representante de los ciudadanos frente a las malas acciones de los trabajadores del gobierno.

La figura cobró valor jurídico en la Constitución de 1809, bajo la designación Ombudsman —del sueco antiguo umboosmaor—, palabra compuesta por las raíces ombud, «el de la voz», y man, «hombre», y cuyo significado es «representante del ciudadano». Su traducción puede ser «comisionado, procurador, delegado, agente, vocero, consejero legal, gestor, procurador o delegado de justicia».

La palabra y la figura jurídica del Ombudsman surgieron en el Golfo de Botnia —territorio ocupado actualmente por Finlandia y Suecia—.

La situación geográfica de Suecia —que promueve un cierto aislamiento cultural y lingüístico— hizo que la difusión de este concepto fuera muy lenta, pues, en realidad, fue a partir de la posguerra cuando, renovado el interés por los derechos humanos y la participación ciudadana, fue favorecida la propagación de esta figura.

En las últimas décadas ha logrado su mayor nivel de desarrollo, al conseguir ampliar su presencia más allá de la defensa de los derechos humanos y al tener como principios rectores la apoliticidad y la imparcialidad.

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Así, hemos visto que, dadas las responsabilidades que conlleva su función, un Ombudsman, más que un superhéroe o un superhombre, debería ser, cuando menos, un hombre de bien.

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El origen de la palabra «kermés» https://algarabia.com/el-origen-de-la-palabra-kermes/ https://algarabia.com/el-origen-de-la-palabra-kermes/#respond Tue, 03 Dec 2024 14:58:05 +0000 https://algarabia.com/?p=56106 Redacción

Sustantivo femenino. «Mañana me casaré por quinta vez. Dejaré atrás mi cuarto matrimonio y lo intentaré de nuevo. No es una decisión fácil, pero tendré que enfrentarla con gallardía, arrojo y valentía.

No importa si mi economía se ve afectada por los múltiples gastos que esta decisión ocasiona: subirme a los juegos mecánicos, pagar mi canción favorita, entrar a la disco, comprar huevos rellenos de confeti, pedir fichas para el tiro al blanco, jugar a las canicas, practicar tiro con rifle, desayunar sopes, quesadillas y pambazos, comer pozole, comprar una dona para el bocadillo de la tarde y, por supuesto, pagar los boletos del registro civil y los anillos de compromiso —alambrito de la bolsa del pan de caja—.

Mañana es la kermés del colegio y estoy preparado».

Por cierto, kermés procede del francés kermesse y ésta, del neerlandés medio kercmisse —formada por kerk, «iglesia», y miss, «misa»—, que denomina una fiesta popular al aire libre que se celebraba en Flandes en los días de carnaval. En neerlandés actual a esta verbena se le llama kermis.

En el siglo XX, el vocablo fue retomado para designar fiestas parroquiales celebradas con el fin de recaudar fondos para el sostén de un templo religioso. Sin embargo, hacia el final de esa centuria y principios de la XXI, esta festividad adquirió un carácter laico, y el nombre se aplicó a cualquier fiesta pública —como la de mi colegio.

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Lo que va de ayer a hoy https://algarabia.com/lo-que-va-de-ayer-a-hoy/ https://algarabia.com/lo-que-va-de-ayer-a-hoy/#respond Mon, 25 Nov 2024 16:00:45 +0000 https://algarabia.com/?p=11336 Se llamaba Luis y tenía un hermano Javier y otro Pablo y otro Gerardo, eran pequeños burgueses como yo y vivían en una colonia de ésas de clase media alta, en un barrio de gente acomodada en la ciudad de México, que ahora, veinte años después ha cambiado radicalmente y está lleno de restaurantes, bares y antros —que ocupan el lugar en donde antes se erigían grandes casas del tipo español californiano que fueron construidas entre los años treinta y cuarenta del siglo pasado— y no es ni la sombra de la colonia tranquila que fue donde vivía mi abuela y mis tíos.

Epítetos como «Condecci» o Fondesa, le acompañan, el ruido no cesa y el tráfico es inconmensurable, además mis abuelos murieron, mis tíos también y mis primas se fueron a vivir a otro lugar. Tampoco Luis vive ahí, sólo su mamá que sigue yendo a misa a la Iglesia de Santa Rosa sobre la avenida principal que luce su gran camellón aún, aunque esté llena de neohippies, gays, hipsters , trendys y bohos de los cuales no merece la pena hablar y que de alternativos y diferentes no tienen nada.
Los que realmente sí eran osados y diferentes eran los amigos de Luis entonces: el Chochos, el Down —siempre en el bajón—, el Burro, el Muerto, el Piedra, el Pino, el Chihuahua, el Charro, el Hogi, el Budy, entre varios más, conformaban la bandita que se juntaba en las esquinas a caguamear, a banquetear un pomo o a fumarse un churro al grito de «En la Condesa si eres fresa, mejor córtate la cabeza» y que constituían lo más disparatado del ambiente de tranquilidad que se respiraba en ese entonces.

Pero en aquellos tiempos yo era una fresita con moño y outfit tipo Madonnita, y desde que lo conocí me encantó y aunque nunca me peló, de vez en cuando pasaba por mí en un vocho amarillo, para ir a los toros en la Plaza México, para acompañarme a los quince años de mis amigas, para llevarme a «tientas» en su rancho o para ir a echar unas cubas a su casa. Él, fue el que me quitó la mala maña de esperarme a que me abrieran la puerta del coche y a muy temprana edad, cuando se bajó del vocho y se encaminó a la plaza —íbamos a una corrida—, se volteó hacia mí, que seguía esperando como una inválida, tarada y me gritó ¡Apúrate que ya va el primer toro! Después de ese momento juré no volver a esperarme nunca más y lo he cumplido. Yo no vivía cerca de él —vivía en la colonia del Valle— pero pasaba muy seguido en mi Maverick verde con mi amiga Tamara por su calle diagonal con la esperanza de encontrármelo o ver si la luz de su cuarto estaba encendida, porque en aquel entonces no podías stalkear por Facebook o le llamaba a su casa y no hablaba, porque en aquel entonces no había identificador de llamadas y también le puse un día un grafiti trovero que decía «¡Cómo gasto papeles recordándote!» porque en aquel entonces no existían los mensajes de texto.

Luis decía frases como: «Eso que dices es pura piña», «ese güey me estaba piñando», y otra por el estilo. Yo nomás me reía porque sabía que lo que estaba diciendo es que no me creía, que pensaba que lo estaban cotorreando, que era choro, que lo estaban engañando. También decía «eso es ficto» para decir que algo era «falso», y cuando yo le cancelaba algún plan y le decía «no puedo ir», él me decía «ahi pa l´otra», también decía que algo estaba «dostres» si estaba medio bien y «dosdos» si no estaba tan bien.

Todas estas frases han caído más en desuso, porque la lengua cambia y cada generación empieza a imponer nuevos términos y nuevas palabras que hablen más de su forma de ser y de ver el mundo. Yo me acuerdo de ellas, cuando me acuerdo de esa época y de esa colonia que quise tanto y también cuando me acuerdo de Luis.



1. Nuevos hippies, del movimiento hippie de los sesentas, tergiversado y alicaido, con algunas formas pero ninguno de sus ideales.
2. De alegre, vivaz, la razón es más que clara.
3. De hip —onda—, una copia barata del movimiento existencialista de los años cincuenta al que pertenecieron Burroughs, Pollock y Kerouac, mismos que tuvieron como seguidores los hippies.
4. de trend, tendencia, de esa gente que se muere antes de no estar a la moda.
5. Apócope de bohemian, boho, un new bohemian, inenarrable.
6. Stalkear, neologismo del español que viene del verbo to stalk, perseguir, espiar, acosar calladamente.


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Lupanar https://algarabia.com/lupanar/ https://algarabia.com/lupanar/#respond Mon, 25 Nov 2024 15:58:07 +0000 https://algarabia.com/?p=38997

Bernarda: ¡Cómo gozarías de vernos a mí y a mis hijas camino del lupanar!
Poncia: ¡Nadie puede conocer su fin!
Bernarda: ¡Yo sí sé mi fin! ¡Y el de mis hijas! El lupanar se queda para alguna mujer ya difunta.
Poncia: ¡Bernarda, respeta la memoria de mi madre!
Bernarda: ¡No me persigas tú con tus malos pensamientos!
[Fragmento de La casa de Bernarda Alba, obra de teatro escrita por Federico García Lorca en 1936].

Salida de la boca de la mismísima Bernarda Alba, la palabra lupanar no puede significar más que «lugar maldito, centro de la perdición y del pecado carnal». Pero se trata de Bernarda Alba, y Federico García Lorca decidió que la protagonista de su obra condensara toda la carga negativa: abuso de autoridad, rigidez, fanatismo religioso… y sobre todo, castidad.
Si, así como estamos, giramos 180 grados y miramos hacia el extremo opuesto, donde los romanos celebraban con intenso jolgorio bacanales gloriosas; ya mejoramos nuestro ánimo, por lo que se recomienda, querido lector, mantener este espíritu mundanal y lascivo para continuar con la lectura.

De esta tradición —las «fiestecitas» en honor a Baco1 Tomando prestada la imagen de Dionisio, Baco se incorpora junto con sus bacanales en territorio romano durante los últimos siglos de la República —del IV al I a. C.—.— se desprendieron, fusionaron y confundieron otras, en las que las ofrendas a Fauno, dios vinculado a la fertilidad, la agricultura y el ganado, y los favores de Luperco, protector de los lobos, se hicieron una sola celebración.
Los rituales sexuales consagrados, posteriormente, a Fauno Luperco tuvieron lugar en los santuarios del Ara Máxima donde las «lobas» —del latín, lupas2 En el Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, Corominas asienta lobo, del latín lupus, registrado en 1057.— practicaban actos de prostitución sagrada con los luperci, sacerdotes dedicados a este dios.

La asociación prostitutas = lobas también resultaría de su lugar de residencia, ya que generalmente se refugiaban en los bosques, donde esperaban a los hombres que pasaban por el lugar y brindaban sus servicios —a veces, no solicitados; pero seguro, no despreciados— para, luego, consumar, en caso de ser necesario, el robo.
Este espacio que albergara lupas y su intercambio —sexo por paga— de manera voluntaria o no, colectiva o no, sagrada o no, fue considerado un lupanar.

Otra versión acerca de la historia etimológica de este término se remonta al origen mítico de Roma,3 En épocas del historiador Tito Livio (59 a.C. – 17 d.C.), comienzan a circular versiones de la fundación de Roma con una línea más «nacionalista» al integrar elementos «genuinamente romanos». e involucra a Lupa o Acca Larencia, a quien diferentes fuentes identifican como la mujer de Fáustulo —el pastor que salvó y crió a Rómulo y Remo en el río Tíber—, y la madre adoptiva, «la loba» que amamantaría en el Lupercal a los futuros fundadores de la ciudad romana. Acca Larencia, expulsada al bosque por su vida licenciosa, también es reconocida como una sacerdotisa que ejercía la prostitución sagrada. Apodada Lupa por los pastores, al morir donaría sus tierras al pueblo romano.

Más cerca de la realidad que de la mitología, de quién sino de Calígula, tercer emperador de Roma, pudo ser la tan ingeniosa idea de integrar el primer lupanar público en su palacio. A partir de entonces, la figura de la cortesana —con mayor o menor aceptación— no dejaría de acompañar a los jefes de Estado y a la realeza.
Es evidente que, con la irrupción de los mandamientos cristianos, poco pudo quedar de las tradiciones que éstos denominaron paganas y que vinculaban al sexo con la religión. Hoy, prostíbulo, burdel, mancebía, casa de citas o cualquier palabra que asigne el lugar donde se albergan las mujeres de la «mala vida» es un lupanar.

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«Muñequita de sololoy», ¿de dónde viene esta frase? https://algarabia.com/munequita-de-sololoy-de-donde-viene-esta-frase/ https://algarabia.com/munequita-de-sololoy-de-donde-viene-esta-frase/#respond Tue, 05 Nov 2024 15:52:18 +0000 https://algarabia.com/?p=36061 «Muñequita de sololoy», ¿de dónde viene esta frase? Read More »

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Las abuelas mexicanas que vivieron su niñez a principios del siglo XX recuerdan con nostalgia aquellos delicados juguetes que llamaban «de sololoy», particularmente a esas muñecas de rasgos angelicales que las llenaban de sueños.

Huella de aquella época quedó marcada en la «Naranja Dulce», canción infantil tradicional y en la que, en un fragmento, se canta:
…Toca la marcha, mi pecho llora / adiós señora yo ya me voy
 / a mi casita de sololoy / 
a comer tacos y no les doy.

Aún hoy, cada vez con menos frecuencia, en México suele escucharse que con cariño a una pequeñina se la llame «muñequita de sololoy», en una franca comparación con la hermosura y delicadeza de aquellas muñecas de antaño. Por extensión, todavía vale piropear a una dama llamándola «mi muñequita de sololoy», y aunque las chicas de hoy no tienen ni la menor idea de lo que es este material, seguro que la suavidad de la palabra y su fonética afrancesada las hará intuir que se trata de algo bonito.
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Pero, ¿qué es el sololoy? Para empezar, la palabra no aparece en el diccionario y fuera de México es un término desconocido. La historia comienza en la segunda mitad del siglo xix, cuando John Wesley Hyatt (1837-1920) inventó un nuevo material al que llamó celuloide por estar hecho a base de nitrato de celulosa.

Por sus propiedades flexibles de transparencia y resistencia a la humedad, pronto le encontraron aplicaciones en diversas industrias. De las más importantes fueron en la fotografía, la fabricación de juguetes y el cine. Ésa es la razón por la que hoy, para referirse a una película cinematográfica, también se usa la palabra celuloide.
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Cuando llegaron a México los juguetes de celluloid —por su grafía en inglés—, el habla popular suavizó la palabra y así nació el sololoy, un mexicanismo que poco a poco se ha ido desvaneciendo, aunque aún se le mueve la patita cuando a una pequeña o a una mujer bonita le decimos que es una «muñequita de sololoy»; o cuando en un noche silenciosa, la nostalgia arrastra ecos del pasado y nos parece que en las calles vuelven a resonar esas voces infantiles que cantaban:

… adiós señora yo ya me voy / a mi casita de sololoy
 / a comer tacos y no les doy.

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