Enterrados por la basura
La siguiente historia es un ejemplo de cómo las obsesiones y el aislamiento no siempre son buenas compañías.
La siguiente historia es un ejemplo de cómo las obsesiones y el aislamiento no siempre son buenas compañías.
Hijos míos, hace tan sólo unas horas llegué del estreno de la nueva ópera del prodigioso Mozart y todavía sigo extasiada y divertida. Y es que este genio es un misógino, pero qué bonita música hace.