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Martin Luther King

Uno de los grandes defensores de los derechos civiles en la historia de EE.UU.


Para muchos estadounidenses, Martin Luther King Jr. es el epítome de la lucha por la liberación negra en los EE.UU.

Nació en Atlanta, Georgia, el 15 de enero de 1929; fue el segundo de tres hijos de Martin Luther King Sr., un prominente ministro bautista, y Alberta Williams King, maestra en una de las escuelas segregadas de la ciudad. Sus primeros años transcurrieron en la relativa seguridad de un ambiente familiar de clase media.

Hacia 1948 y luego de su graduación del Morehouse College, en Atlanta, King abandonó su ideal de juventud de hacer una carrera como médico o abogado e ingresó al Seminario Teológico de Chester, Pennsylvania. Ahí desarrolló una fascinación por la filosofía de Mahatma Gandhi, quien empleó con éxito la resistencia pasiva y la desobediencia civil en su campaña para quebrar el yugo imperial británico en la India. King obtuvo el grado de bachiller en teología en 1951 y continuó sus estudios en la Universidad de Boston, hasta doctorarse en teología sistemática en 1955. Fue en Boston, precisamente, donde conoció a Coretta Scott, con quien se casó en 1953 y tuvo tres hijos.

De la iglesia al activismo

En 1954, mientras escribía su tesis doctoral, King aceptó un puesto como pastor de la prestigiosa iglesia bautista de la avenida Dexter, en Montgomery, Alabama. Su retorno al sur lo colocó en medio de una confluencia de eventos que lo catapultarían a la palestra nacional.

El primero de diciembre de 1955, Rosa Parks, una costurera negra, fue arrestada por rehusarse a cederle su asiento a un hombre blanco en el apiñado autobús citadino. Este incidente detonó el boicot a las líneas de transporte por parte de la comunidad negra de Montgomery. Aunque reacio a involucrarse directamente en el boicot, King accedió al fin a la petición de su amigo, el reverendo Ralph Abernathy, y del activista E. D. Nixon, para presidir la Asociación de Mejoramiento de Montgomery —MIA, por sus siglas en inglés—, una organización formada con el objetivo de prolongar la protesta.

«La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes» Martin Luther King
Bajo los auspicios de la MIA, King dirigió una campaña de un año que empleó la estrategia de «acción directa no violenta» en contra de las ordenanzas segregacionistas en los autobuses locales. El boicot terminó en 1956, cuando la Suprema Corte confirmó la eliminación de la segregación de los autobuses en Montgomery. En tanto líder de la exitosa movilización, King obtuvo relevancia nacional. Capitalizando la inercia generada por esta victoria, organizó la Conferencia de Líderes Cristianos del Sur —SCLC, por sus siglas en inglés — en 1957, con base en Atlanta y que se volvió el centro de las actividades de King a favor de los derechos civiles durante la siguiente década.

Figura nacional

Si bien King no dirigió ni participó en la mayoría de las protestas durante los tempranos años sesenta, su liderazgo en las manifestaciones de Alabama y Washington, D. C., llamaron la atención nacional sobre la hondura y persistencia del racismo en el sur del país. En 1963, los esfuerzos para eliminar la segregación en Birmingham, Alabama, produjeron pocos resultados inmediatos, pero la brutal represión por parte de la policía local contra los manifestantes pacíficos que dirigía King, marcó la mente del público con fuertes imágenes.

«Pride (In the name of love)» de U2, es un homenaje de la banda a Martin Luther King. Las letras: «Early morning, April four / Shot rings out in the Memphis sky / Free at last, they took your life / They could not take your pride» es una referencia directa al asesinato del líder negro.

En Washington, luego de su histórico discurso «I have a dream»

En agosto del mismo año, King participó en la histórica marcha sobre Washington, organizada para protestar contra la desigualdad racial y promover una legislación federal en materia de derechos civiles. Dirigiéndose a la multitud reunida a los pies del Memorial a Lincoln, King cautivó a la audiencia con su discurso «Yo tengo un sueño» —«I have a dream»—, en el que evocó su visión sobre el futuro de un EE. UU. liberado de las cicatrices del racismo. Su papel en esta manifestación masiva probablemente aseguró que fuera seleccionado como la «Persona del año» de 1963 por la revista Time, y luego galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1964.

«Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad. Ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas» Martin Luther King
Discurso completo – I have a Dream

Más aún, la influencia de King sobre las administraciones de Kennedy y —tras el asesinato de éste— Johnson jugó un papel decisivo para pasar la trascendental Ley de los Derechos Civiles de 1964. Concentrando su atención en la impotencia política de los negros sureños, King organizó una marcha desde Selma, Alabama, hasta el capitolio estatal en Montgomery para exigir el voto de los negros en esa región. Este evento dio ímpetu a la aprobación por el Congreso de la Ley de Derechos Electorales de 1965.

Liderazgo en vilo

Pese a sus victorias, King enfrentó numerosos desafíos a su liderazgo. Muchos activistas jóvenes se quejaron de que la «acción directa no violenta» había quedado obsoleta. Denunciaron a King por considerarlo demasiado conservador y presto a pactar con los blancos poderosos. El nuevo eslogan del momento era «Poder Negro», un concepto que a King se le antojaba contraproducente para su sueño de paz y armonía entre las razas. Otros lo criticaron por ignorar los problemas económicos que enfrentaban millones de afroamericanos, muchos de los cuales vivían en condiciones desesperadas en el norte y oeste del país.

Cuando desvió su atención a los problemas raciales fuera del sur, como hizo en Chicago en 1966, King fue recibido hostilmente tanto por blancos como por negros. Para colmo, la oposición pública de King a la guerra de Vietnam en 1967 le privó del apoyo del presidente Johnson. Por último, King padeció incesantes intentos de descrédito y hostigamiento por parte de J. Edgar Hoover, director del FBI.

La familia de King ante su féretro

«Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos» Martin Luther King

Asesinato y legado

No obstante, continuó con su plan de dirigir «La Marcha de los Pobres» hacia Washington, con el propósito de enfatizar la súplica de incontables negros. En la primavera de 1968, viajó a Memphis, Tennessee, en apoyo de los recolectores de basura de la ciudad, en huelga por mayores salarios y mejores condiciones laborales. Allí, King fue asesinado el 4 de abril, mientras charlaba con algunos amigos en la terraza de un motel de la localidad.

Al contrario que los intentos de apoteosis difundidos durante los años posteriores a su muerte, estudios recientes del movimiento de los derechos civiles han caracterizado a Martin Luther King Jr. como apenas uno más entre cuantiosos hombres y mujeres cuyas acciones alimentaron la protesta de los negros. Incluso, algunos académicos han argumentado que el liderazgo de King no fue esencial para el éxito en la lucha por la igualdad racial.

Sin embargo, la contribución de King al enriquecimiento del tejido sociopolítico de los EE. UU. ha sido sustanciosa. De acuerdo con el historiador August Meier, al enfatizar el poder del amor redentor, King manipuló eficazmente la culpa de muchos blancos estadounidenses para crear conciencia sobre las necesidades y aspiraciones de la población afroamericana del país; forzó a la nación a dar una respuesta ante la contradicción existente entre el ideal del sueño americano y la realidad de un arraigado sistema de castas que promovía la desigualdad racial; hizo avanzar la causa de la libertad a través de su defensa de la protesta no violenta y su articulada propuesta de una nación ciega al color. Martin Luther King Jr., pues, se ha convertido, entre los numerosos líderes de la lucha por la emancipación negra, en el símbolo del concepto de armonía social y racial, tanto para negros como para blancos.

James M. SoRelle es profesor de historia afroamericana en la Universidad Baylor, en Waco, Texas. Este artículo fue tomado y traducido de su entrada en The Oxford Companion to Politics of the World, editado por Joel Krieger, Nueva York, Oxford University Press, 1993, pp. 508-510.

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