adplus-dvertising

William Blake

Nació en Londres en 1757, dentro del seno de una familia de clase media y, digamos que, gracias a estos dones, fue que el chico comenzó a desarrollar su arte —mucha de su inspiración se debe, en gran parte, a las visiones.

No se puede elegir entre las visiones divinas que tenía —y que no se detuvieron hasta bien entrada la adultez—o las tempranas habilidades artísticas que mostró, para describir la infancia de William Blake, pintor, poeta y místico inglés del siglo xviii.
Nació en Londres en 1757, dentro del seno de una familia de clase media y, digamos que, gracias a estos dones, fue que el chico comenzó a desarrollar su arte —mucha de su inspiración se debe, en gran parte, a las visiones.
Afortunadamente —y no como pasa muchas veces para la desgracia del hijo—, sus padres lo apoyaron y, dándose cuenta de su potencial, a los 10 años, lo inscribieron en la escuela de dibujo de Henry Par, en donde tuvo influencias de la escultura griega y romana, lo que se ve reflejado en su trabajo posterior. También le gustaba mucho coleccionar grabados de artistas como Rafael, Miguel Angel y Durero, que no eran tan apreciados en la época por el público en general. Cuatro años más tarde, dejó la escuela y fue aprendiz del grabador James Basire, de la Sociedad de Anticuarios y la Real Sociedad.

Basire era conocido por sus líneas simples, y eso le acomodó perfectamente a Blake, que era precisamente la sencillez y la fuerza de líneas lo que buscaba.

Más tarde, en 1782, William se casó con Catherine Boucher, una mujer iletrada a la que enseñó a leer y escribir, y quien posteriormente le ayudó a imprimir los «libros iluminados» por los cuales es mayormente recordado.
Y, hablando precisamente de sus textos, se sabe que el primer trabajo que imprimió y publicó él mismo, fue Poetical Sketches —Borradores poéticos—, una colección de versos que imitan los modelos clásicos. Los poemas protestan contra la guerra, la tiranía y el tratamiento que daba el rey Jorge iii a las colonias americanas. Después, vendrían los Cantares de inocencia (1789) y las Canciones de experiencia (1794). Algunas criticas describen los primeros como bastante francos y directos, considerándolos primordialmente como libros para niños, pero otras han encontrado trazas de parodia y crítica en su supuestamente inocente y sencilla lírica.
Blake era un «no-conformista» que se asoció con algunos de los líderes del pensamiento radical y filosófico del momento, como Thomas Paine y Mary Wollstonecraft. Privilegió la imaginación sobre la razón en su obra plástica y literaria, afirmando que las formas ideales debían ser construidas a partir de las visiones interiores y no a partir de las observaciones de la naturaleza.

«Debo crear un sistema o ser esclavizado por el de otro»
William Blake

En trabajos como Milton, Vala, or the Four Zoas y Jerusalén la trama, los personajes, la rima y la métrica no son como los que antes había manejado, sino que conciben una nueva y elevada clase de inocencia, el espíritu triunfante sobre la razón. El poeta creía que su obra podía ser leída y entendida por cualquiera, pero no estaba dispuesto a sacrificar su visión con tal de volverse popular.
En 1808, exhibió algunas de sus acuarelas en la Real Academia. Algunas personas elogiaron su trabajo, mientras que otras lo encontraron espantoso —incluso llegaron a pensar que él estaba mal de la cabeza—. El autor Samuel Taylor Coleridge lo consideraba un «genio».
Sus últimos años los pasó en la pobreza pero, al mismo tiempo, con la admiración de un grupo de jóvenes artistas que se llamaban a sí mismos «los Antiguos». En 1818, conoció a John Linnell —uno de esos jóvenes—, quien lo ayudó financieramente y también lo animó a retomar su interés por el arte. Fue él quien le encargó las ilustraciones para la Divina Comedia de Dante, en lo que Blake trabajaría hasta su muerte, en 1827.

¿The Doors = William Blake?

Resulta que el nombre de la banda fue inspirado por un ensayo del autor británico Aldous Huxley, llamado «The doors of perception» —«Las puertas de la percepción»— que, a su vez, fue inspirado por un verso de Blake que aparece en su obra El matrimonio del cielo y el infierno: «If the doors of perception were cleansed every thing would appear to men as it is, infinite…»1 «Si las puertas de la percepción fueran despejadas, todas las cosas le aparecerían al hombre tal como son, infinitas…»

Compartir en:

Twitter
Facebook
LinkedIn
Email

Deja tu comentario

Suscríbete al Newsletter de la revista Algarabía para estar al tanto de las noticias y opiniones, además de la radio, TV, el cine y la tienda.

Las más leídas en Algarabía

Scroll to Top