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Los acentos: ¿lujo o necesidad?

No falta quien opina que los acentos son algo superfluo, que da lo mismo ponerlos que ignorarlos y que no vale la pena el esfuerzo.
Los acentos: ¿lujo o necesidad?

Si crees esto, querido lector, déjame contarte lo que me dijo un amigo, recién salido de la preparatoria, cuando lo encontré triste y desanimado y le pregunté qué le pasaba:

«Hace seis meses que busco trabajo. Ya sabes qué difícil es encontrar chamba actualmente. Antier pensé que por fin lo había logrado. La entrevista fue muy positiva y el licenciado que me entrevistó me dijo que le había causado una buena impresión y que me avisarían en 24 horas. Me pidieron que regresara y pasé con otra persona, que me devolvió mis papeles y me dijo:

—Lo siento, pero no podemos contratarlo.
—Pero el licenciado me dijo que lo había hecho muy bien —contesté.
Y él me respondió secamente:
—Es que el licenciado no leyó su solicitud. Pero yo sí la leí, y créame, no vamos a emplear a una persona que no sabe ni siquiera escribir su nombre correctamente.
Esto sí me dejó asombrado.
—Perdóneme, pero está usted mal. Mi nombre es Julián Martínez. Lo escribí con mayúsculas y con zeta.
—Sin duda, y también omitió los dos acentos que lleva. Lo siento, pero la decisión es definitiva. Mi consejo es que estudie las reglas de acentuación antes de llenar solicitudes de trabajo.
Y allí acabó todo. La regué por güey y me lo merezco. ¿Qué hago ahora para estudiar los acentos? Ni modo que me inscriba en la primaria.»
Los acentos son importantes y no ponerlos es signo inequívoco de poca cultura y de que, quien escribe, no le concede importancia a sus palabras, porque el acento prosódico en español tiene, en muchos casos, valor distintivo y cambia el significado de una palabra según la sílaba en donde recae: hábito/ habito/ habitó.
Así, no es lo mismo decir «Juana es una méndiga» que «Juana es una mendiga» y tampoco es lo mismo decir «Se trata de una pérdida» que «Se trata de una perdida».
Y aunque todas las palabras se pronuncian con acento, no todas llevan acento escrito o tilde, pues si así fuera, tendríamos que escribir así: «Buénos días señóres, señóras. ¿Sé encuéntran bién?». Resulta obvio que eso sería poco práctico y nada funcional.
¿Recuerdas lo que te dijo tu maestra de primaria? ¿Que las palabras se dividen en: agudas, graves y esdrújulas?
Bueno, pues así es:

  • Las palabras agudas son las que llevan el acento en la última sílaba. Estas palabras llevan acento escrito cuando terminan en vocal, en n y en s.
  • Las palabras graves son las que llevan el acento en la penúltima sílaba. Estas palabras llevan acento escrito cuando no terminan en vocal, n o s.
  • Las palabras esdrúlulas son las que llevan el acento en la antepenúltima sílaba Estas palabras siempre llevan acento escrito.

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