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¿Goblins, duendes o enanitos Verdes?

Estas son criaturas mitológicas, conocidas como dueñas de casa y que pueden ser monstruosos y grotescos.

Pequeños, feos, encorvados, con serios problemas dentales, traviesos, codiciosos, listillos, maliciosos y generalmente de piel verde, los duendes son criaturas fantásticas a las que hemos descrito por cientos de años con estas características —y muchas otras más—. Estamos familiarizados con el concepto de duende, pero ¿un goblin es la misma criatura? En este asunto, como en muchos otros, el español nos ha jugado una «trampa».

Duende vs goblin

Empecemos por aclarar la situación, pues duende y goblin provienen de dos idiomas distintos. Se cree que la figura de los duendes podría remontarse hasta el Imperio romano, pues en dicha cultura politeísta se contemplaban dos clases de dioses: los mayores del Olimpo, como Júpiter o Apolo, y los menores de la Tierra, como los genius loci o los duendes. El propio término describe a estas criaturas: duen de casa o ‘dueño de casa’ —y en árabe duar, ‘que habita’ o ‘habitante’—, donde conviven con el hombre para proteger y vivir en el hogar.

Por su parte, el registro más antiguo de la palabra goblin data del siglo XIV, a finales de la Edad Media. Sin embargo, su raíz etimológica viene de más atrás, por lo menos desde el siglo XII con el latín medieval cabalus o gobalus, derivado del griego κóβαλoς, kobalos, ‘errante’. A partir de ahí, evolucionó a gobelinus, y de ahí al gobelin normando y al francés antiguo.

Ilustración por Ana Chavana

Ahora bien, el idioma español siempre se ha caracterizado por cierta xenofobia, pues no acepta extranjerismos tan fácilmente. Así pues, cuando uno pone en el traductor la palabra «duende», aparece una considerable lista de seres mitológicos de procedencia diferente: goblin, elf, leprechaun, puck, sprite, hobgoblin y, en algunas ocasiones, hasta gnome. En otras palabras, cuando hablamos de duendes, nos referimos a un término general que reúne a varias criaturas que comparten ciertas características —como lo chaparrito y lo travieso—, mientras que cuando se trata de goblins, nos referimos a una «raza» específica de duendes. Ahí lo tiene.

Tú eres un goblin

Como ya se mencionó, los goblins tienen cientos de años de existencia, el detalle es que surgieron oralmente a partir de historias y relatos. Es por eso que no se conoce una fecha exacta para calcular el comienzo de estos seres en la cultura europea, no así con sus características. Algunos historiadores dicen que el goblin es una mezcla entre criaturas celtas, como el leprechaun irlandés y el brownie escocés, con otras como el kobold, proveniente del folklore germánico; otros, en cambio, insisten que deriva únicamente de los celtas y que después fue adoptado por los anglosajones.

Existen varios tipos de goblins, aunque todos comparten ciertas características, tales como: una apariencia monstruosa y grotesca, baja estatura, una actitud traviesa o de plano maligna, codicia por el oro y las piedras preciosas, algunos poderes mágicos, el gusto por correr en el hogar de las personas y provenir de lo más recóndito del bosque; así como los hay inteligentes y sabios, también los encontramos brutos y bestiales.

Oye, pero los celtas…

Como podrá corroborarlo en este mismo número, la influencia celta no fue exclusiva de las islas británicas, sino que también llegó a varias partes de Europa. Desde la península ibérica, pasando por Francia, Alemania y los Balcanes, hasta llegar a Turquía, los celtas regaron al continente con su cultura y sus historias. Así que, como si se trataran de especies animales, a continuación veremos algunas criaturas que entran en la categoría de los goblins:

  •  Brownie. Del folklore británico, son unos seres feos, de piel café, cubiertos de pelo, de baja estatura y costumbres domésticas. Aunque de actitud traviesa, durante la noche hacen el quehacer, siempre y cuando se les deje una ofrenda como leche o crema. Si se les intenta regalar ropa o bautizar, se marcharán para siempre.
  • Gremlin. Criatura mitológica de carácter malévolo que provoca fallas en aeronaves o en cualquier otro tipo de maquinaria. Su reactividad al agua no ha sido comprobada.
  • Hobgolin. Tipo de goblin pero más grande y en un principio benévolo; fue el Cristianismo el que los pintó como seres malignos. Para entender su naturaleza, baste la siguiente afirmación: si un caballo es un goblin, un pegaso es un hobgoblin.
  • Iratxo. Tipo de duende de la mitología vasca, cuyo nombre proviene del euskera. Ayuda con las labores agrícolas si se les deja comida; un galtxagorriak es un tipo específico de iratxo, su nombre significa ‘pantalones rojos’.
  • Kobold. Criatura de la mitología germánica generalmente invisible, pero que se puede materializar como un animal, un ser humano, una vela o algún fuego. Son pequeños, y cuando son domésticos, visten como campesinos; si son mineros, están encorvados y feos.
  • Leprechaun. Tipo de hada del folklore irlandés. Su conocida imagen es la de un hombrecillo pelirrojo y barbón, con vestimenta típica de un colono pero de color verde. Son los que caminan sobre el arcoíris para rellenar con oro su olla.
  • Púca. Criatura mitológica del folklore celta, en especial de Irlanda, que ha sido descrito como traedor de buena y mala suerte; malévolos, de color negro, estos seres viajan en forma de caballos que se aprovechan de los viajeros.
  • Redcap. Goblin malévolo y asesino del folklore británico, que habita en los castillos abandonados, a lo largo de la frontera angloescocesa, en los que se suscitaron escenas de tiranía y de violencia. Su gorro es rojo por la sangre de sus víctimas.
  • Tardo. Duende gallego más maligno que el trasno. Es pequeño, peludo, de ojos negros y redondos, con muchos dientes, barbón y de color verde. Se diferencia de otros porque porta una pequeña espada.
  • Trasgo/trasno. Duende de la mitología gallega y del norte de España, de origen similar al kobold. Se trata de un duende doméstico humanoide, de tez morena, con un gorro picudo rojo y cojo de la pierna derecha, tiene un hoyo en la mano izquierda; es travieso, juguetón, inquieto y a veces malvado.

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