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¿El eslabón perdido?

Bajo tierra, una bóveda craneal con rasgos humanos y una mandíbula muy similar a la de un simio. Los dientes están desgastados como en los seres humanos, no como en los simios. ¿Acaso serán los restos del eslabón perdido?

Bajo tierra, una bóveda craneal con rasgos humanos y una mandíbula muy similar a la de un simio. Los dientes están desgastados como en los seres humanos, no como en los simios. A su alrededor hay restos animales: un diente de elefante y otro de hipopótamo. ¿Acaso serán los restos del eslabón perdido?
Éste fue el hallazgo del arqueólogo británico Charles Dawson cuando exploraba la localidad de Piltdown, Sussex, en Inglaterra. Llevó los restos a su colega Arthur Smith Woodward, curador del Departamento de Historia Natural del Museo Británico. Después de varios estudios, afirmaron contundentemente que eran restos de un individuo que había vivido a principios del Pleistoceno y lo llamaron Eoanthropus dawsoni.
Era 1902 y, para la época, los fósiles eran la prueba fehaciente del ancestro humano más antiguo de Europa, mucho más viejo que los restos del Neandertal. El cráneo de Piltdown —como se le conocía— carecía de los orbitales prominentes, a diferencia de los de su antepasado que eran de un volumen mayor. Esto era evidencia de que este ser era mucho más evolucionado, y por lo tanto, un antecedente directo del Homo Sapiens, dejando al Neandertal como una línea paralela dentro de la línea evolutiva.
Toda la comunidad científica estaba incrédula ante tal descubrimiento, así que todos querían investigar sobre el tema para llegar a la misma conclusión por sus propios medios. Para ello, asistían al Museo de Historia Natural para analizar los restos; sin embargo, lo único que recibían eran réplicas, lo cual levantaba sospechas entre los especialistas, pero no las suficientes para revisar el tema a fondo.
El tiempo pasó y la ciencia arrojó nuevos datos que modificaron las formas de estudiar la teoría darwiniana sobre la evolución humana, hasta que cada vez era más difícil insertar al hombre de Piltdown entre los fósiles descubiertos. Fue hasta la década de los 40 que se lograron obtener los ejemplares reales. Kenneth Oakley, antropólogo y geólogo inglés, realizó varias pruebas para determinar la edad de los fósiles con exactitud, llegando pronto a una conclusión: el cráneo no tenía ni mil años.
Se comprobó que los restos estaban manipulados para lograr el engaño, pues el cráneo resultó ser humano mientras que la mandíbula era de un simio, probablemente de un orangután, cuyos dientes habían sido limados para simular desgastes. Mientras que los restos de los otros animales provenían de otras partes del mundo.
Aunque Charles Dawson y Woodward pueden ser los principales culpables, el número de implicados pudo ser mucho mayor, incluyendo al famoso escritor Arthur Conan Doyle. Desgraciadamente los sospechosos ya habían muerto cuando fueron descubiertos, y este caso ha sido uno de los engaños más grandes en la historia de la ciencia.
El fraude de Piltdown

Conoce otros casos de fraudes y robos en Algarabía Extra 05: Impostores & ladrones.
Fuentes
http://www.revistaciencias.unam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=543%3Ael-misterio-del-hombre-de-piltdown&catid=98&Itemid=48
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/actualidad/7879/hombre_piltdown_uno_los_mayores_fraudes_cientificos.html
http://www.abc.es/ciencia/20121213/abci-hombre-piltdown-cien-anos-201212122007.html

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