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Calaverita por Araceli Aída Zárate Santamaría

Calaverita finalista

¡ENTRE CRONOPIOS, ESPERANZAS Y FAMAS ENCONTRAMOS A CORTÁZAR!
¡Cronopios bailaban y Famas lloraban,
al parecer a Julio Cortázar no hallaban!
Cronopios pensaban que de fiesta andaba,
Famas juraban que descansando ya estaba.
Las Famas se ofrecieron
a buscar por cualquier rincón,
los cronopios esperaron
¡al fin y al cabo no tenían preocupación!
¡No aparecía!, ¿qué le pasaría?
Famas lo extrañarían
y solo llorando la pasarían,
y ahora ¿a quién amarían?
¡Pero los cronopios se encontraron
con las esperanzas que rescataron
de las imprentas de Algarabía
a Julio Cortázar hecho trizas!
No había explicación para tal hecho,
tal vez solo fue un travieso…
Justo cuando velaban
a Julio Cortázar en su casa
se apareció la calaca:
-¡Cuál travieso ni que nada!-
Ya Cortázar descansaba
pero necesitaba
de cronopios, esperanzas y famas
y todos formaditos siguieron a la calaca.

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