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Las nubes

Las nubes son el resultado de la acción combinada del sol, el agua y el viento: el principal fenómeno atmosférico visible.

En esencia, las nubes son un paso transitorio del ciclo del agua: su evaporación de la superficie terrestre por la luz solar, su ascenso hacia la atmósfera, la condensación del vapor en masas nubosas y el retorno a la tierra en forma de lluvia y nieve.

A las nubes las forma el enfriamiento del aire. Éste provoca que el vapor de agua —prácticamente invisible— forme, dependiendo de la temperatura, minúsculas gotas o partículas de hielo cuyo tamaño fluctúa entre 5 y 75 micras —entre 0.0005 y 0.008 centímetros—; éstas se sostienen en el aire por corrientes verticales leves.

Los diferentes tipos de formaciones nubosas obedecen, principalmente, a las diferentes temperaturas de condensación y al movimiento del aire.

Su clasificación

En 1803, el meteorólogo británico Luke Howard realizó un estudio científico acerca de las nubes e ideó un método para su clasificación, asignándoles nombres en latín.

Howard no fue el primer científico en intentar una clasificación de las nubes: el francés Jean-Baptiste Lamarck publicó otra en su idioma, que fue desbancada por la universalidad de las denominaciones latinas de Howard, que eran acordes a la clasificación de los seres vivos establecida por Linneo.

El sistema de Howard sirvió de fundamento para el Atlas internacional de nubes (1896), que se usa en todo el mundo y se actualiza regularmente. En esta clasificación de nubes, podemos distinguir cuatro tipos: cúmulos, estratos, nimbos y cirros, que por su altura se clasifican en cuatro familias.

  • Altas, que se ubican entre los 6,000 y 18,000 metros sobre el nivel del mar —msnm—1
  • Medias, entre 5,000 y 8,000 msnm
  • Bajas, que se dividen en: media-bajas, entre 2,000 y 5,000 msnm, y bajas, a menos de 2,000 msnm.
  • De desarrollo vertical, que se forman a alturas variadas.

¿Por qué se clasifican?

La clasificación de las nubes se emplea en meteorología, navegación y aeronáutica. Existen equipos de radar que determinan la cantidad de energía que retorna al transmisor particularmente por las gotas de lluvia que se encuentran en las nubes. Esta medida, que se expresa en decibeles, se conoce como reflectividad y permite determinar la posición exacta del tiempo perturbado, los cumulus congestus y los cumulonimbus.

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