No es sorpresivo que Algarabía produzca un nuevo número a partir de una sola palabra: bizarro. Y la historia no nos dejará mentir, ¿tantísimos años de la Humanidad y que no haya sucedido algo o existido alguien de este tipo?

Algo tan común pero tan único es el agua. Esta pequeña y bendita molécula —H2O— que cubre casi en su mayoría a nuestro Planeta —70%—, es nada más ni nada menos que la progenitora de la vida misma, tal cual y como la conocemos. No por nada todas las culturas humanas, tanto antiguas como modernas, tienen a uno o varios dioses que personifican a este compuesto.

En la Antigüedad las apoteosis eran ceremonias en las que se rendía honor a aquellos emperadores, emperatrices u otros mortales que habían cometido hazañas heroicas y eran elevados al nivel de dioses.
Estas ceremonias tuvieron su origen entre los asirios, los persas y los egipcios, después fueron adoptadas por los griegos, quienes otorgaban estos títulos a sus figuras virtuosas por intervención del oráculo, y finalmente por los romanos, que elevaban a dioses a sus muertos sobresalientes a través de un decreto del senado.

Revista con estrella

Es sorprendente cómo nos es tan común y cotidiano hablar de estrellas. Basta con voltear al cielo para encontrar una o varias de estas honorables bolas de fuego, tal y como lo hicieron los primeros navegantes para no naufragar —mucho antes de que se confeccionara la brújula.

Y qué decir de los personajes célebres inspirados por estos astros: Van Gogh con sus nocturnas, hermosas y estrelladas pinturas, Julieta Fierro con sus investigaciones astronómicas, Ringo Starr con su vital batacada entre tres genios o los cientos de nombres inmortalizados en el Paseo de la Fama de Hollywood, de los que podría decirse que nacieron con estrella.

La estrella simbólica dicta fechas, acontecimientos, numeralia, calidad como las Michelin, grandeza como el infame sello de los Best seller, la buena conducta cuando éramos escuincles hasta la apariencia de plantas. Pero la estrella va más allá del plano físico, si no, cuenta cuántas canciones mencionan esta palabra, cuántos equipos deportivos se identifican con la estrella o por qué nos gusta creer que los signos zodiacales astrológicos nos guían en esta efímera vida.

En fin, no somos más que una mezcla particular de polvo estelar que desayuna huevos estrellados y a veces lee cosas desastrosas —como el Necronomicrón— aunque intenta siempre conseguir su Algarabía.

Bien lo dijo Einstein: «El tiempo es relativo». Basta con ver la cantidad de años que tienen algunas franquicias cinematográficas que Hollywood rehúsa a dejar morir. Al contrario, quiere que continúen espontáneamente hasta alcanzar el número de Superbowls de la nfl, cuyos equipos —y de otros deportes en ee. uu.— están cambiando sus nombres por lo «políticamente correcto».

Cada persona es diferente, hay a quienes no les gustan los animales y otros que los adoran tanto, que los vuelven parte de su familia. A estas bendis que llegaron sin avisar —aunque sí estaban planeadas— a veces les dedicamos corridos musicales al galope o parodias de obras famosas, y hasta las vemos en máquinas que no tienen nada que ver.

El «Seminario Internacional de Archivos de Tradición Ibérica», siati, en su decimosegunda edición, se
llevará a cabo por primera vez en nuestro país y la sede será el Poder Judicial del Estado de México, propiciando la reflexión, el intercambio de experiencias y de estrategias que fortalezcan el papel de los archivos en sus diversos ámbitos.

No todo se arregla en un juicio. Existe una forma sencilla y efectiva para resolver pensiones alimenticias, convivencias familiares, custodias de menores, contratos incumplidos, arrendamientos, conflictos vecinales,
desacuerdos comunitarios y otros problemas. Te lo contamos.

Es increíble cómo podemos mirar al pasado y ver la evolución de nuestro amado Planeta. No es por echarnos flores, pero las particularidades de los seres vivos van mucho más allá que un mero ciclo de vida biológico —nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte.

Quizá uno de los pilares más importantes en el desarrollo de la ciencia moderna es el estudio del cuerpo humano. A lo largo de la Historia, hemos buscado comprender su funcionamiento con el objetivo de preservar la vida, mejorarla y prolongarla.