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No sé qué tiene tu voz, que fascina…

por G.G. Jolly
No sé qué tiene tu voz, que fascina...

«La voz del hombre sigue siendo superior a todos los instrumentos y hasta se puede decir que los instrumentos agradan sólo en la proporción en que consiguen parecerse a la voz humana.»
Stendhal

Está claro que cada persona tiene un timbre o color de voz único, y eso lo advertimos cuando reconocemos a alguien en el teléfono o lo escuchamos cantar, pues la voz cantada también es diferente. Por ejemplo, José Carreras, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo tienen voces muy distintas, aunque los tres posean el mismo rango vocal o tesitura: el de tenor.

El rango vocal es el conjunto de notas comprendido entre la más alta y la más baja que una voz en particular puede alcanzar, y es muy difícil determinarlo con exactitud. La cosa se complica cuando se incluyen las notas de la voz en el habla común, pues, dependiendo del caso, éstas pueden o no ser útiles musicalmente. Es decir, un cantante cualquiera tiene cierto número de notas naturales y otras de falsete —o sea, fingidas—, que, según lo que cante —ópera, popo balada—, puede necesitar o no.

En la música «clásica», y en el género operístico en especial, la clasificación del rango vocal es mucho más simple y menos ambigua. De hecho, en los demás géneros prácticamente no importa qué tesitura o rango se pueda tener —a veces ni siquiera cuenta la habilidad o técnica—. El rango se determina por la consistencia del timbre y la habilidad para alcanzar claramente extremos, agudos o graves, sobre una orquesta sin amplificación. Aunque pueden variar de persona a persona, las voces se pueden clasificar así:

SOPRANO
Es la voz aguda de registro más alto —do4 ala5, aproximadamente, aunque algunas pueden llegar hasta fa6—. En la música coral, las sopranos son, casi siempre, quienes llevan la melodía y, en la ópera, son las heroínas.

Por otra parte, la voz de los cantantes varones impúberes se conoce como soprano infantil o tiple —recordemos a los Niños Cantores de Viena—, mientras que a los hombres adultos que han desarrollado una técnica especial —que no incluye falsete— o, bien, que debido a desórdenes hormonales tienen voces agudas naturales muy poco comunes y pueden cantar como sopranos, se les llama sopranistas —como Jorge Cano o Aris Christofellis—. Hay otros varones que dominan el arte del falsete, que, según su rango, se conocen como contratenores o contraltos y pueden cantar los viejos papeles para castratto1 —ahí están Alfred Deller, James Bowman, David Daniels o Andreas Scholl.

La primera clasificación de las tesituras de la voz se hizo durante el Renacimiento

MEZZOSOPRANO
Voz mucho más oscura y rica; está entre las de soprano y contralto —mezzo significa «medio» en italiano—; su rango está entre la3 y fa5. Los papeles para mezzosoprano son casi siempre secundarios: las villanas, las brujas, las criadas o las viejas, como Amneris —Aida—, la princesa de Éboli —Don Carlo— o Emilia —Otello—, de Verdi; Adalgisa —Norma, de Bellini—; o Suzuki —Madama Butterfly, de Puccini—. En honrosas excepciones pueden ser las figuras principales, como con Carmen —Carmen, de Bizet—; Dalila —Sansón y Dalila, de Saint-Saëns—; o Rossina —El barbero de Sevilla— y Cenicienta —La Cenerentola—, de Rossini. También existen papeles masculinos escritos explícitamente para mezzosoprano, como Cherubino —Las bodas de Fígaro, de Mozart—, Siebel —Fausto, de Gounod— y Octaviano —El caballero de la rosa, de Strauss—. A veces, no obstante, las mezzosopranos se aventuran a cantar papeles de soprano dramática o soubrette, lo que añade siempre gran intensidad y muestra que la línea entre ambas tesituras no está del todo bien definida.

ALTO O CONTRALTO
Es una voz —masculina o femenina— que está entre la de tenor y mezzosoprano, y abarca más o menos de sol3 a re5. Los papeles de contralto son muy raros en la ópera —y en otros géneros—, no sólo porque poco se ha escrito para ellos, sino porque no es común que hombres o mujeres alcancen estas notas; entre ellos destacan: Azucena —El trovador, de Verdi— y Erda —El oro del Rin y Sigfrido, de Wagner—; aunque también su repertorio puede incluir Carmen, Dalila, Orfeo y Rinaldo.

TENOR
Es la voz masculina más popular y conocida, y sus tonos son agudos —aunque no tanto como los de los contratenores modernos—. Tiene un rango que usualmente abarca de do3 a do5 —el «do de pecho»—, aunque hay algunos más ligeros que alcanzan hasta sol4. En la ópera, los tenores son casi siempre los héroes o protagonistas.

BARÍTONO
Es la voz masculina intermedia, cuyo rango va de sol2 a mi4. Los barítonos pueden ser personajes secundarios, como Rodrigo —Don Carlo, de Verdi—; los villanos —recordemos la frase de G. B. Shaw: «La ópera es la historia del amor entre un tenor y una soprano que un barítono trata de impedir»—,como Iago —Otello, de Verdi— y Scarpia —Tosca,de Puccini—; los simpáticos segundones que se roban la ópera, como Fígaro —El barbero de Sevilla, de Rossini— y Papageno —La flauta mágica, de Mozart—; o, bien, los «azotados» protagonistas, como Rigoletto —Rigoletto—y Falstaff —Falstaff—, de Verdi; Jochaanan —Salomé, de Strauss— y Don Giovanni —Don Giovanni, de Mozart—. La voz de barítono, además, es la más común para el género del Lied, las canciones alemanas de Schubert, Schumann, Brahms o Mahler.

BAJO
Los bajos tienen el registro más grave de la voz humana, entre mi2 y do4 —los hay más graves: los subbajos, pero son poco comunes y no hay repertorio musical para ellos—. Los papeles de un bajo son, por regla general, secundarios —villanos o viejos—, excepto en la ópera rusa, donde son protagonistas: Ruslán —Ruslány Liudmila, de Glinka—, Boris Godunov —Boris Godunov, de Mussorgski— o Igor —El príncipe Igor, de Borodin.

Todos tenemos una tesitura, independientemente de si somos afinados o no

A pesar de que no a todos los melómanos les gusta la ópera, es indispensable su referencia para esta clasificación que, por otra parte, podría tomarse como mera cultura general o servir para preguntarnos qué rango de voz tenemos nosotros mismos… aunque probablemente eso no importa para cantar en la regadera, el karaoke o la noche con tequila, guitarra y amigos.

1 Los castratti eran cantantes varones que habían sido castrados en su niñez y, gracias a los trastornos hormonales que esto les causaba, alcanzaban notas agudas; así desarrollaban potentes voces de alto, mezzosoprano o soprano. La mayoría de los papeles masculinos heroicos de la ópera barroca fueron escritos para estas «superestrellas del canto», como Carlo Broschi «Farinelli»(1705-1782) y Francesco Bernardi «Senesino» (h. 1690-h. 1750): Julio César, Rinaldo y Jerjes, de Händel; el Montezuma de Vivaldi, o el Orfeo de Von Gluck.

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