El etólogo Desmond Morris reflexionó acerca de la domesticación de una manera peculiar.
Según él, existe un contrato entre el hombre y las especies que domesticó, mismo que se ha ido deformando con el paso del tiempo. Las etapas básicas del contrato animal fueron presentadas en los siguientes términos:
1. La era de los primeros cazadores
Si nuestras barrigas están llenas y ustedes no nos hacen ningún daño, los dejaremos en paz.
2. El paso hacia la agricultura
Ustedes nos brindan su trabajo, su carne, su leche y su cuero, y nosotros les damos alimento, techo y protección contra los depredadores.
3. El pastoreo
Los cuidaremos y permitiremos que lleven una vida natural, rica y activa a cambio de comerlos cuando lleguen al final de ella.
4. Rompimiento del contrato
El hombre, con la sobreexplotación, entra en un «juego sucio» por medio de acciones como la caza deportiva, los animales torturados por diversión —circo romano, corridas de toros—, las granjas de engorda para sobrealimentar a los animales que, a su vez, alimentarán a la sobrepoblación —«la especie humana ha tenido demasiado éxito, nos hemos multiplicado en exceso»— y, finalmente, las pieles, la grasa, las plumas y el marfil convertidos en bienes suntuarios.
En opinión de Desmond Morris, el contrato animal que subsiste entre el hombre y el perro es ideal o, al menos, lo más ideal que se pueda pedir, debido a que aún mantiene vigente la cláusula de brindar y recibir beneficios por igual.
La historia de la domesticación
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