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La perversión o parafilia

La palabra perversión deriva del latín perversio.
parafilia

La perversión, desde el punto de vista psicológico, ha pasado por varias definiciones y conceptos que han ido evolucionando poco a poco. Pero aunque lo que entendemos por perversión se ha transformado, aún no resulta nada alentador que le digan a uno que es «un perverso». de ninguna manera, y véasele por donde se le vea, esto sería un piropo y un cumplido a las buenas costumbres e intenciones.

La palabra perversión deriva del latín perversio, y su definición en el diccionario de la RAE es: «la acción y efecto de viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe o el gusto».

En 1885 el psiquiatra francés Magnan utilizó por primera vez la expresión «perversión sexual», que luego quedó sobreentendida simplemente como perversión.

Un poco de censura moral

Debido a la variada utilización popular y profesional, el término perversión presenta interminables dificultades y aunque todavía es común en la literatura psicoanalítica, en las clasificaciones internacionales del DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se prefiere usar el término de parafilia, porque carece de connotaciones que sugieran censura moral.

Parafilia proviene del griego παρα ́ (pará), junto a y φι ́λιος (fílios), amor.

El sentido de la etimología se refiere a una práctica sexual diferente a la «forma convencional», y se define como un trastorno que consiste en una desviación de la elección en la relación con la pareja; del escenario, de las circunstancias o del modo de copular.

Pero entre si son peras o son manzanas, he aquí para los lectores de Algarabía las perversiones o parafilias más conocidas, de acuerdo al DSM-IV. No vaya ser que los agarren en curva:

coprofilia/urofilia: el que padece esta parafilia identifica la excitación erótica motivada por el olor o contacto con excrementos y orina. Uno de los grandes coprófilos de la historia fue James Joyce, el escritor inglés autor de Ulises.

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exhibicionismo: consiste en exhibir los órganos genitales a otros, especialmente en situaciones que causen sorpresa y miedo en la otra persona; ocupa el segundo lugar en la frecuencia de parafilias, con 25% de incidencia entre los pacientes en tratamiento.

Han habido algunos exhibicionistas famosos en la Ciudad de México —en particular recuerdo al que tenía una predilección por el Parque México hace ya muchos años.

De fetichismo y fetichistas

fetichismo: este tipo de parafilia consiste en exteriorizar el deseo en relación a una parte de la persona o con un objeto de su uso. Los reyes de los fetiches son los pies y/o los zapatos —en el público masculino— y las corbatas —en el caso de las mujeres.

hipoxifilia: esta parafilia, considerada una de las más violentas, consiste en intensificar el estímulo sexual por medio de la privación de oxígeno, ya sea a través de la utilización de una bolsa de plástico donde se introduce la cabeza o de alguna técnica de estrangulamiento.

En Estados Unidos entre 500 y mil personas mueren accidentalmente cada año como víctimas de la hipoxifilia.

Un individuo puede ser sádico, masoquista, o ambas cosas.

necrofilia: es la atracción sexual por cadáveres. El necrófilo para excitarse busca mantener relaciones sexuales con muertos o muertas.

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pedofilia: atracción sexual de adultos por niños de cualquier sexo. Se considera que entre 5 y 10% de los niños ha sufrido alguna agresión sexual, generalmente perpetrada por algún familiar. A pesar de ser ilegal, la pornografía infantil ha aumentado substancialmente en todos los países, lo que puede ser al mismo tiempo efecto y causa del crecimiento de este tipo de parafilia.

sadomasoquismo: se refiere a personas que sólo sienten satisfacción sexual a través del dolor experimentado por ellas mismas o infligido a otros. Si alguien quiere practicar el sadomasoquismo de manera segura, puede hacerlo a través de los chats en Internet que tienen este tipo de perfil y en los que se pueden encontrar mil y una experiencias inimaginables.

Pero lector, lectora, que no cunda el pánico; seguramente muchos de ustedes están temblando, preocupándose por haber realizado algunas de estas prácticas. Pero una cosa es la diversión y otra la parafilia, porque para ser perverso —de acuerdo al psicoanalista poskleininano Donald Meltzer— se necesita cumplir con los siguientes requisitos:

  • La parafilia en cuestión sea el único medio de excitación y placer sexual.
  • No se tenga la capacidad de relacionarse con la persona en un vínculo maduro de relación, sino que la naturaleza del vínculo sea destructivo.
  • Que la parafilia intervenga de una manera importante en la vida normal y sea causa de angustia y daño en el funcionamiento psicológico del individuo.
Educación sexual

La actual apertura a la experimentación sexual y la idea de dejar fuera concepciones morales al hablar de sexualidad toma como punto de partida el año de 1948, cuando el zoólogo estadounidense Alfred C. Kinsey conmueve al mundo con la publicación de dos libros: El comportamiento sexual en varones en 1948 y El comportamiento sexual en las mujeres en 1953, que desde entonces han servido de base para toda la educación sexual que se imparte hoy en gran parte del mundo.

La tesis de Kinsey coloca a todos los actos sexuales al mismo nivel moral, social y biológico, ya sea dentro o fuera del matrimonio, entre parejas del mismo sexo o del opuesto; descubriendo que muchas personas, de ambos sexos, incluían prácticas «parafílicas» dentro de una vida sexual plena y madura.

En definitiva, las perversiones o parafilias seguirán siendo un tema interesante para todos aquellos profesionales de la mente humana, de las sociedades, así como para los sexólogos, incluso para cuidadores de la moral y los valores sociales, ya que como leí durante la investigación que se realizó para este ensayo, «la sexualidad tiene una doble finalidad: la expresión del amor conyugal entre un hombre y una mujer y la transmisión de la vida».

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