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Chicago

Conocer esta ciudad, para empezar, es conocer su arquitectura.


‘Chicago tiene una arquitectura tan maravillosa que de vez en cuando se ven obligados a derribar parte de ésta y construir edificios horribles con el sólo propósito de hacernos apreciar los buenos.’ Audrey Niffenegger, La esposa del viajero del tiempoThe Time Traveler’s Wife— (2003).

El escritor Brian Doyle, en su novela Chicago (2016), se pregunta: «¿Qué es la Chicagoness? ¿De qué está hecha la ciudad? ¿Por qué es diferente de cualquier otra? ¿Cuáles son las cosas que hay aquí y sólo aquí que componen el aquí de Chicago? […] La prevalencia del lago. La manera en que semeja un mar. La forma en que bordea la ciudad. El viento cortante del lago y el torbellino de nieve». Con esta reflexión les doy la bienvenida a este recorrido por la llamada «Second City, Windy City o White City.»

Conocer esta ciudad, para empezar, es conocer su arquitectura; es imposible no hacerlo, los edificios se suceden uno tras otro, se acomodan en un armonioso sube y baja sobre el horizonte, se forman sin respetar materiales, épocas, estilos y tamaños. El loop, el principal distrito económico y cultural, contiene cientos y cientos de los más de mil 300 rascacielos que le dan a Chicago ese aspecto único.

Desde luego, los edificios no sólo son altos, son como pequeñas ciudades en el aire que se alinean dentro de un trazo urbano de cuadrícula casi perfecta. No son más de seis las avenidas que atraviesan las calles de manera transversal siguiendo el cauce natural de los brazos del río Chicago. Y es precisamente este río y su desembocadura en el lago Michigan que dio origen a la ciudad.

La historia de Chicago está escrita en sus aguas

Los primeros pobladores de esta región, los pueblos Potawatomie, Ojibwa, Miami y Odawa, utilizaban las vías fluviales para comerciar. Por ellas llegaron los primeros exploradores hacia 1630: Jean Nicolet, que venía desde Wisconsin, Louis Jolliet y el jesuita Jacques Marquette que remontaron desde el Mississippi.

Los indígenas les mostraron cómo en la Portage —un paso de agua al este del río Chicago— se conectaban el lago Michigan y el río Illinois, que encauza con el Mississippi. De ahí que Joliet y Robert de la Salle idearan la construcción de un canal a través de los grandes lagos —Michigan, Huron, Erie y Ontario— que llegara hasta el río San Lorenzo, para desembocar en el Atlántico. No fue sino hasta la década de 1820 que por fin éste se pudo construir y, en consecuencia, se fundó la ciudad.

El canal influyó radicalmente en el desarrollo económico de la ciudad, del estado y del Midwest, pues dio acceso a los productos agrícolas de la riquísima planicie central de los EE. UU., la madera canadiense y numerosos minerales. Además resultó ser un punto estratégico para las conexiones ferroviarias y, gracias a la invención del vagón refrigerado, se desarrolló el negocio de empacado de carne; por último, su ubicación geográfica favoreció a la industria acerera.

Por ello su crecimiento fue sumamente rápido: de 4 470 habitantes en 1840, pasó a 298 977 en 1870 para llegar a su esplendor a principios del siglo pasado, con una población de 2 185 283 personas. Hoy en día no rebasa los tres millones, sin contar el área conurbada, que alberga a cerca de 10 millones de almas, según los censos más recientes.

Hitos de Chicago

El vertiginoso crecimiento urbano de la ciudad está marcado por varios momentos que resultan clave en su historia, su cultura, su economía y aspecto actuales:

1818-1837 Illinois se incorpora como estado de la Unión Americana. Pocos años después, Chicago obtiene su denominación como ciudad.

1871 Un largo periodo de calor, sequía y vientos provocan que, en el mes de octubre, un fuego que comienza en un granero consuma en sólo tres días calles y edificios construidos en madera. El incendio mata a 300 personas y dejó sin techo a otras cien mil. La Torre de Agua y la Estación de Bombeo en las avenidas Michigan y Chicago se encuentran entre los pocos edificios que sobrevivieron al incendio.

1885 Se construye el Home Insurance Building diseñado por el arquitecto William Le Baron Jenney. Se trata del primer edificio de estructura metálica que alcanza 10 pisos para completar 12 un tiempo después. Sería demolido en 1931, no por ello deja de ser considerado el primer rascacielos en la historia de la arquitectura.

1893 Chicago se convierte en la sede del World’s Columbian Exposition, para la cual el arquitecto Graham diseña edificios y espacios urbanos que incluyen al Museo de arte de Chicago y la Ferris Wheel —la actual es una replica de ésta.

1900 Se reemplaza el canal Illinois-Chicago por el nuevo Chicago Sanitary and Ship Canal, de 45 kilómetros, que conecta el río Chicago con el Des Plaines, revirtiendo el flujo de agua —ya no del río al lago, sino al revés— mediante una serie de diques y esclusas que sirven, a su vez, para prevenir inundaciones y evitar que el drenaje de la ciudad acabe en el lago.

1909 Se publica el Plan de Chicago, una propuesta visionaria que buscaba embellecer Chicago y mejorar la eficiencia del comercio, que contemplaba posibles escenarios para una ciudad en rápido crecimiento. Fue creado por Edward H. Bennett y Daniel Burnham, quien afirmó que «Chicago no debería hacer planes pequeños para su futuro». Si bien el plan no se ejecutó a cabalidad, es la base sobre la cual se da el desarrollo urbano de la ciudad hasta hoy.

Why the second city?

Durante décadas, Chicago ocupó el segundo lugar en tamaño después de Nueva York; en realidad, hoy es la tercera ciudad más grande de los EE. UU., justo después de Los Ángeles. Pero ese no es el origen de este apodo y tampoco surgió cuando el escritor del New Yorker, Abbott J. Liebling, lo utilizó para bautizar su libro sobre los cincuenta años en esta ciudad, Chicago: The Second City. Para colmo, el libro no fue bien recibido.

Chicago fue referida a menudo como la «segunda ciudad» cuando se trató de elegir entre ella y Nueva York para albergar la Columbian Exposition. En aquel momento, Chicago había extendido su territorio hacia el sur y su población se acercaba a los niveles de Nueva York. Sin embargo, toda la documentación de la feria la señaló como «The White City», ‘la ciudad blanca’ por el color de las nuevas construcciones. Por añadidura, los neoyorkinos al haber perdido la sede y, al amparo de la pluma despectiva de Charles Dana, comenzaron a llamar a Chicago «The Windy City», ‘la ciudad de los vientos’, aunque está lejos de ser la ciudad donde corren los vientos más fuertes.

La versión más aceptada cuenta que el sobrenombre surgió a partir de la reconstrucción de Chicago tras el Gran Incendio; la nueva ciudad se erigía más grande, moderna y mejor construida, es decir, es la segunda ciudad porque la primera se quemó. En El crecimiento de una metrópoli — Chicago: Growth of a Metropolis— (1969), Harold Mayer y Richard Wade nombraron un capítulo como «La segunda ciudad», en el que se planteó esta teoría.

La Escuela de Chicago

Se refiere a la innovadora arquitectura de rascacielos desarrollada entre 1879 y 1910 por un nutrido grupo de arquitectos e ingenieros que tenían como objetivo alcanzar alturas nunca antes vistas por medio de nuevas técnicas de construcción, pero carecían de principios estéticos unificados, por lo que el resultado es una amplia variedad de diseños, estilos y materiales, además de aportaciones a las técnicas constructivas:

˞˞ Se crean los pilotes, un tipo de estructura de cimentación subterránea y hermética que rápidamente se convirtió en la base de cualquier rascacielos.
˞˞ Se emplea la estructura metálica, que resulta prácticamente incombustible, además permite emplear muros más delgados, creando así más espacio utilizable. Los exteriores se revisten con vidrio, reduciendo la cantidad de luz eléctrica requerida.

˞˞ Los edificios cumplen con un patrón exacto: una base que define el edificio, una serie de niveles que se repiten rítmicamente y un remate de terracota blanqueda con la que se realizan ornamentos de formas caprichosas.
˞˞– Se introduce la «ventana Chicago» Se trata de ventanales muy amplios que permiten la entrada de gran cantidad de luz a los edificios y limitan la entrada de aire corriente a lo indispensable, se caracteriza por estar dividida en tres partes: una gran pieza de vidrio fija al centro bordeada por ventanas estrechas de doble hoja, una a cada lado.

Factores que favorecieron la constucción de rascacielos

˞˞ Mayor demanda de terrenos para fincar y un incremento desmedido en los precios de las propiedades condujeron hacia el único camino: construir hacia arriba.
˞˞ La introducción del motor eléctrico para el elevador de Elisha Otis, operado por primera vez con botones.
˞˞ La caída en el precio del acero, de 166 dólares en 1867, llegó a 32 por tonelada en 1895, lo que repercutió en el uso de estructuras de este material en los diseños que, a su vez, dieron lugar a edificios cada vez más altos.
˞˞ La invención del teléfono y el aire acondicionado.

Chicago se volvió entonces la Meca de la arquitectura, a ella llegaron William Le Baron Jenney, quien fue, ni más ni menos, que el primer profesor de la Universidad de Michigan y maestro de Daniel Burnham, Louis Sullivan —considerado padre del rascacielos moderno—, William Holabird y Martin Roche —autores del Marquette Building (1895), los tres edificios Gage Group (1899) y el Chicago Savings Bank Building (1904-1905)—.

Muchos de ellos fundaron algunas de las firmas más famosas de la arquitectura del siglo XIX, como Holabird & Roche, Burnham y Root —más tarde D.H. Burnham and Co—, y Adler y Sullivan, responsables todos de la carrera por fincar el cielo de Chicago. Frank Lloyd Wright, que trabajó para Adler y Sullivan, fue otro importante diseñador de edificios de Chicago, pero su historia es muy distinta, pues comenzó como aprendiz y no en la universidad, no persiguió las alturas sino las praderas, no el azul del cielo sino el verde de la naturaleza como elemento indispensable en las decenas de casas que proyectó y que construyó en Oak Park, en la zona conurbada de Chicago.

La obra de Frank Lloyd Wright está conformada por 91 casas construidas en la ciudad de Chicago y zonas conurbadas, como Oak Park; mientras que no suman más de diez los edificios civiles. Sin embargo, su estética —el estilo Prarie House— es parte fundamental de la Escuela de Chicago.

Segunda Escuela de Chicago

De todos los arquitectos asociados con la Escuela de Chicago, fue Sullivan quien asumió el desafío de crear una nueva estética para las torres de gran altura. Al aceptar la caja rectangular producida por el marco de acero, aceptó la influencia de Walter Gropius y aplicó su precepto: «La forma sigue a la función». Esto le abrió la puerta a lo que es conocido como estilo internacional, que aportó la llegada del arquitecto alemán Mies van der Rohe hacia la década de 1940. Con él, una nueva ola de diseño de edificios apareció en la ciudad, producto de sus enseñanzas en el Instituto de Tecnología de Illinois, cuyo edificio también proyectó.

Esta escuela es famosa por emplear estructuras en acero visibles, grandes ventanales, tejados planos, sin adornos aplicados, ejemplo de ello son los apartamentos Lake Shore Drive (1948-1951) y el Kluczynski Federal Building (1960- 1974), en cuya explanda hay una escultura de Alexander Calder que contrasta en color y forma con el edificio. La principal firma de arquitectos asociados con la Segunda Escuela de Chicago es Skidmore, Owings and Merrill aportó avances en diseño e ingeniería estructural durante la década de 1960, con lo que se confirmó a los EE. UU. como el líder indiscutible en el siglo XX.

Fue el ingeniero bengalí Fazlur Rahman Khan (1929-1982) quien condujo a la arquitectura norteamericana hacia una nueva generación de torres supertall —‘súper alta’—, al diseñar la estructura de tubos atados con la cual se pudieron construir la Hancock Tower —que fue el segundo edificio más alto del mundo de 1969 a 1973— y la Willis Tower —que fue el edificio más alto del mundo de 1973 a 1998—. Esta torre llegó a su magnífica altura porque en realidad se trata de nueve estructuras —nueve tubos atados— de distintas alturas emplazadas en una planta cuadrada, con lo cual se apoyan las unas a las otras permitiendo ganar altura.

Dos tubos son de 50 pisos, otras dos de 56, tres de 90 y sólo dos alcanzan los 110 pisos. Esta técnica, lo podemos apreciar en las formas caprichosas que adoptan los rascacielos, es la que ha permitido que la carrera por llegar a las nubes continúe. La magnífica torre hoy se ve chaparrita junto a cualquiera de los 23 supertall skycrapers que la superaron, y cómo no, si el Burj Khalifa casi duplica la altura de la Willis Tower, con sus 829.8 metros de longitud, lo que lo convierte en el edificio más alto del mundo.

El hotel Lexington estuvo en la esquina de Michigan y la calle 22 durante más de un siglo: construido en 1892 y demolido en 1995. Fue en los años veinte que el mítico mafioso Al Capone trasladó su cuartel general a una de sus suites en el quinto piso, desde donde dirigió sus asuntos ilegales hasta 1931, cuando fue detenido por Elliot Ness.

El futuro se anticipa

Mark Twain dijo sabiamente en 1883 que «es inútil para el visitante ocasional tratar de mantenerse al día con Chicago. La ciudad supera sus profecías más rápido de lo que él puede hacerlo» y en verdad que tiene toda la razón, pues esta historia no se detiene aquí. Como es evidente, la industria constructora, arquitectónica y de bienes raíces no para, nuevas construcciones en el futuro próximo formarán modificarán el skyline de Chicago, por lo que tendremos que revisitar la ciudad una y otra vez para conocer los nuevos edificios.

Comenzando por la Vista Tower, que será el primer rascacielos diseñado por una mujer, Jeanne Gang, arquitecta en jefe de su propia firma. El edificio tendrá una altura de 363 metros y está formado por tres edificios de diferente altura, envueltos en ocho tonos diferentes de vidrio, enfatizando su forma ondulada.

Ninguno de los nuevos edificios superará a la Willis Tower, que lleva desde 1974 dominando los cielos con sus miradores de cristal. Se prevé en los nuevos edificios innovaciones en las técnicas de construcción, cimentación y soluciones inteligentes e integrales, como los paseos fluviales para facilitar las vistas al agua de la Bank of America Tower, o como la BMO Tower, que se integrará al conjunto de la Estación Central.

La urbanización de la ciudad y la aprobación de este tipo de vivienda de altura, provoca necesariamente el incremento en la densidad de población y otros estragos ecológicos.Pero es la vocación de Chicago, lo ha sido por casi dos siglos. Llegamos al final de este recorrido por la «Second City», que no cesa de crecer. Sus rascacielos «súper altos» pronto necesitarán estacionamientos aéreos como el de Los Supersónicos, porque va a resultar mayor la distancia que recorra el elevador para bajar a la calle que la que ande un auto para ir, por ejemplo, por una pizza.

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