De síndromes y genios
Ni siquiera los genios se salvan de los síndromes.
Ni siquiera los genios se salvan de los síndromes.
Cuando Joseph Merrick (1862-1890) estaba aún en el vientre de su madre, ésta fue empujada a las patas de un elefante y se llevó tremendo susto. Así se explicaba Merrick su condición cuando ya todos le decían «el Hombre Elefante».
Complejos, complejos y más complejos. ¿Padeces alguno?
Quizás es porque soy hija de médico, quizás es porque tengo una curiosidad morbosa por casi cualquier cosa o quizás es porque sufro de una muy, muy leve forma del síndrome de Münchhausen. No sé.