Si a grinches nos vamos…
Odio a Santoclós y su omnipresencia mercantilista; odio los intercambios de regalos —gastos —, vemos muchos grinches en las calles.
Odio a Santoclós y su omnipresencia mercantilista; odio los intercambios de regalos —gastos —, vemos muchos grinches en las calles.
«Oblígote; estos días verás con placer mis artificios. Voy a darte lo que todavía no ha visto ningún mortal […]».
Con un guión a medio hacer, el reparto incompleto y sin la más mínima idea de cómo filmar las escenas de acción de un tiburón, esta pesadilla fílmica que cualquier director veterano habría desestimado como irrealizable, recayó sobre los hombros del veinteañero Spielberg, que contaba con apenas 3.5 millones de dólares de presupuesto y 55 días de rodaje contemplados. En este nuevo podcast nuestro …