Ardor irrefenable
Cuidado con esta palabrota que arde, quema y abrasa.
Cuidado con esta palabrota que arde, quema y abrasa.
Esta palabra de origen malayo describía originalmente los ataques suicidas emprendidos contra los enemigos.
No fue hasta mil años después que, por las invasiones vikingas, apareció la palabra en el idioma inglés. Sir Walter Scott fue uno de los primeros en ponerla en la imprenta, en su novela de 1822, El pirata.
por Madame Currutaca