Entre enero y septiembre del 2015 medio millón de personas entraron en la Unión Europa. Más de la mitad provienen de Siria, país que se encuentra en guerra civil desde 2011, el resto llegan de países vecinos como Afganistán, Pakistán, Irak, Eritrea y Nigeria; quienes se ven obligados a cruzar este continente en su búsqueda de una vida mejor, lejos del clima bélico de sus países de origen.
Esta situación ha generado una grave crisis migratoria en la Unión Europea. Antes esto hecho, la onu modificó El Estatuto del Refugiado para dar derecho de asilo a todas las personas que tienen ‘fundados temores de ser perseguidas por motivos de raza, religión, nacionalidad, grupo social u opiniones políticas’.
Alemania y Hungría son los países que han recibido mayor petición de asilo.
«Esperanza de una nueva vida»
La fotografía de un hombre pasando un bebé a otra persona por debajo de una valla alambrada en la frontera entre Hungría y Serbia acaba de recibir el premio a la mejor foto del año 2015 por el concurso anual World Press Photo.
Esperanza de una nueva vida, Warren Richardson, 2015
El momento capturado por el fotógrafo australiano Warren Richardson muestra uno de los mayores problemas mundiales: la crisis de los refugiados. Un tema presente en gran parte de las fotografías de este año que recibieron algún premio por parte de esta organización del prestigioso concurso de fotoperiodismo.
Richardson cuenta que llegó a la frontera de Hungría junto a un grupo de 200 personas que acambapan cerca de la localidad serbia de Horgo y la húngara Roszke. Durante la madrugada del 28 de agosto de 2015 corrieron a esconderse tras unos árboles cercanos al ver que algunos policías estaban cerca de la zona.
El fotógrafo estuvo con el grupo durante cinco horas «jugando al gato y al ratón con la policía durante toda la noche». Estaba agotado en el momento de tomar la fotografía, eran aproximadamente las tres de la mañana.
La única luz que alumbraba su escena provenía de la luna pues, y era imposible utilizar un flash si querían mantenerse ocultos de quienes resguardaban el paso fronterizo.
En su página oficial Richardson relata todo lo que vio en los cinco días en que estuvo en esta frontera: «Fui testigo de cómo aproximadamente 20 mil personas de Siria, Irak, Afganistán, África, Bangladés, Irán y Nepal, cruzaban la frontera. Eran hombres, mujeres, niños, personas enfermas, con alguna amputación, todos con historias que contar sobre su destino ahí, y a donde querían ir.»
Francis Kohn, director general del jurado del World Press Photo y director de la agencia France-Presse comentó que el poder de la fotografía está en su sencillez, especialmente en el simbolismo de la valla alambrada. Él la describe como «clásica pero atemporal».
La fotografía, en blanco y negro, fue tomada por una cámara digital Canon 5d Mark ii, con una composición incuestionable que sintetiza la historia de esa Europa blindada a la que intentan llegar los refugiados sirios, iraquíes o afganos a pesar de las concertinas1 El alambre de púas o de cuchillas fabricado en grandes bobinas que se pueden expandir.. El desenfoque en la toma le otorga esa sensación de movimiento, de urgencia, un recurso intencional que en el fotoperiodismo funciona para ‘remover conciencias’.
Warren Richardson, foto de Ildiko Fulop
Richardson ha dedicado su carrera a fotografiar celebridades, sin embargo, sus últimos proyectos retratan la problemática mundial de las migraciones y el daño ambiental. Actualmente trabaja en Budapest, Hungría –el cual junto con Serbia– ha sido denunciado por el endurecimiento de sus políticas migratorias, que incluso algunos han llegado a compararlas con el nazismo. Existe un video que muestra a policías en el campo de refugiados de Roszke arrojándoles la comida a los inmigrantes, sin ningún tipo de organización.
